La velocidad no es una cualidad virtuosa, simplemente es agilizar la digitación. Esos tipos están repitiendo patrones que practicaron 35 millones de veces, no están pensando lo que tocan, a esa velocidad no se piensa. El metalero que te digita la menor armónica a lo que da ¿Dónde está lo bueno de eso?
Respecto a lo de los jazzeros, desde ya que tienen otros recursos, ergo, todo lo que viene debajo es más simple, es como compararme a mi manejando mientras doy vueltas manzanas vs un fórmula 1 en la pista, ambos manejan un auto, pero tienen habilidades distintas.
Ahora bien, así como te digo esto, por ejemplo, a mi me vuelve loco Angus Young que acá algunos arriba lo mataron, Angus te electrifica con un riff, con una nota, no hay manera de no mover la cabecita y sonreir y no sale de la diatónica como mucho, menor, mayor, los modos más populares y fue, ahora ¿Cuántos metieron los hits que metió el chabón? ¿Cuántos pueden con una pentatónica meter solos tan memorables y un sonido único?
El guitarrista que más te gusta es el que más te hace sentir en definitiva (eso no quita que haya niveles y niveles, otros más virtuosos, otros más populares).
Otra vez, coincido en una parte y en otra no.
Coincido en lo que marqué en negrita, donde lo que queda claro es que depende del gusto de cada uno y es totalmente subjetiva la elección.
No coincido con ese concepto elitista de los jazzeros de "como toco escalas más raras soy mejor". Para nada, obviamente reducir la técnica de Batio a que es velocidad me parece muy infantil, del mismo modo que, evidentemente, no te tomaste el laburo de escuchar a Gilbert, Takasaki o cualquiera de esos músicos, los cuales no se destacan por la velocidad, sino por las variantes que manejan.
Si a un tipo como Malmsteen, o Satriani, o Vai, o Frusciante o decenas de esos músicos no se los toma en cuenta porque "no hace las escalas de jazz" me parece elitista y sin sentido.
Te cuento, en mi caso personal, formado en la escuela clásica del Jazz argentino moderno (Malossetti padre, Ricardo Pelican, Rivero) me enseñaron montones de escalas y variantes, lo cual se convirtió en su momento en un vicio, porque estaba tocando y jamás iba a una escala dominante para tocar sin pensar, siempre buscaba según el acorde en práctica. Eso me retiró del mito del jazz, en algunas cosas te suma, pero en otras te resta, pero no está por encima del resto de los estilos ni de casualidad.