Los que la tienen que seguir mamando son los hijos de mil puta (porque otra cosa no son) que lo puteaban como si le hubiese hecho un mal al club, le ponían apodos pelotudos y se hacían los que sabían más que él. También los que no lo puteaban pero tenían el tupé de decir que ganaba porque tenía suerte, que tenía que cambiar la forma de jugar y demás gansadas. Grande Patón.