No todo negociado es un pésimo jugador como Montero:
- Pagar más de lo que vale un jugador,
- traer gente por amistad con representantes,
- firmar contratos profesionales a jugadores libres de otros equipos antes que a los tuyos,
- darle minutos a tipos que no se lo ganan (como Ávila, Barbaro, etcétera) antes que a otros que hacen méritos para tener oportunidades
Lo acomodé así para visualizarlo mejor, pero creo que ahí resumís las condiciones necesarias para ser un negociado.
Agregaría que un negociado es una inversión que se transforma en gasto innecesario porque no le aporta nada al club, ni en lo económico, ni en lo deportivo.
Es tan grande la lista de jugadores negociados de los últimos 10 años que asusta (algún día habrá que armarla)
Hoy la cosa no es tan alevosa como con Zazaza y Abdo, donde los hijos de puta te mandaban a la B y seguían metiendo mierda.
Pasa que hoy ves que se va la guita en jugadores que no tienen condiciones, que a jugadores sin talento se les asegura espacio en el primer equipo, mientras jugadores con condiciones son bastante maltratados por la institución.
Quignon jamás tuvo la continuidad u oportunidades de Avila o Merlini, entonces eso molesta, pero a Kannemann se lo recontra boludeó y, encima, el pibe termina siendo el puteado.
Villalba zafó de la puteada porque renovó sin tener ninguna obligación, pero le pegaron tantas forreadas que admiro a ese pibe como todavía sigue queriendo al club. (Todo Dt donde podía lo mandaba al banco, y siempre volvía a jugar Tito porque era mejor. Lo dejaron afuera del MDC, donde debía estar porque se había ganado el derecho en cancha, sin embargo fueron Cauteruccio hecho mierda y Verón que recién volvía de su lesión. Guede colgó a Tito sin explicaciones, muchos hinchas tardaron más de 6 meses en descubrir que Cerutti no hace goles, se va siempre para la raya y no tira un centro gol, pero se cansaron de decirle "pies redondos" y "balde" a un pibe que siempre aportó goles y asistencias en buen promedio.
San Lorenzo es asi, el tema Quignon es un tema extraño, que nadie sabrá explicar, pero que termina como siempre se supuso que iba a terminar.