Critican a Messi, que nunca ganó nada con la selección, pero mal les pese: hoy fue el que mejor jugó.
Critican a Higuaín, que otra vez se pierde un gol frente al arquero: pero sólo jugó el %50 del partido, fue el primero en sustituirse.
Para mí el principal responsable es Martino.
Por poner a Di María y Banega lesionados. Por convocar a Higuaín y encima sustituirlo por Aguero, cuando antes debió sustituir a Di María y Banega.
Por jugar de contra y preocuparse excesivamente en el orden y lo defensivo, para después salir a declarar que "controlamos a Chile" o "merecimos ganar", después de 240 minutos sin meter un gol y casi sin patear al arco.
Pizzirrucho se lo cogió de parado con un equipo inferior al nuestro, por más que sea el mejor Chile de la historia, no existe comparación entre Vargas y el goleador de Italia ni entre Alexis y el mismísimo Messi.
No es sólo "la maldición argentina": Martino como director del Barcelona ya pecheó su partido decisivo contra el Atlético de Madrid.
Y después del mismo no tuvo nada mejor que declarar: "No estuve a la altura del club".
Y sin embargo, tiempo después lo primero que agarró fue la Selección Argentina, que precisa de todavía mayor exigencia y responsabilidad.
Hay cosas que me gustan de Martino, por el cual podemos golear a Paraguay y EEUU (no me olvido que con Sabella, aunque le hicimos partido a Alemania, también tuvimos que sufrir con equipos mucho peores como Bosnia e Iran).
Pero sin dudas algo le falta. Le falta chispa para encarar estos partidos decisivos y ante equipos de mayor peso.