EEsté en la Argentina o en Brasil, algo es recurrente en mi vida: acordarme de San Lorenzo. Sin ir más lejos, el otro día cuando llegué de mis vacaciones, tenía unas horas libres en mi casa de San Pablo y puse un video. ¿De qué? De aquel partido contra Newell's, el 3 a 2 de 2012, que fue tan importante para salvarnos del descenso. Lo veía y me volvía a emocionar...
San Lorenzo dejó una marca imborrable en mi vida, tanto en lo profesional como lo afectivo. Mi hija Martina, de 5 años, vivió conmigo toda esa etapa, ¡y se hizo fanática! Cuando veo los partidos del Ciclón, se pone a cantar las canciones de la hinchada, y siempre me pregunta por el club.
Como sabrán, San Pablo no va a jugar la próxima Copa Libertadores, así que a la hora del sorteo estuve muy atento, pero para saber qué grupo le tocaba a San Lorenzo. Y aunque no parece una zona sencilla, tiene todo para clasificarse a los octavos: un plantel muy rico y comprometido. Uno de los rivales será Flamengo, equipo al que conozco bien: juega un fútbol abierto, sale a buscar el partido siempre –de visitante y de local– y, como ataca con mucha gente, deja espacios atrás. Eso lo tendrá que aprovechar San Lorenzo, que cuenta con jugadores rápidos y precisos, que pueden hacer la diferencia. Para mí, el Ciclón tiene más jerarquía y debería pasar sin problemas, más allá de que la Libertadores es complicada de por sí. De los equipos brasileños, creo que Palmeiras y Santos son los más duros.
El otro día, en charla familiar, veía el cuadrito que tengo con el equipo campeón de 2014 y me daba un poco de nostalgia: ya somos más los que nos fuimos que los que quedan. Sigo en contacto con los muchachos, con los utileros, con Matías (Lammens) y Marcelo (Tinelli), y en este tiempo no me perdí ni un partido por la tele. Y pienso que, de aquel 2012 de Promoción hasta la ansiada Libertadores, hubo un trecho corto y no fue fácil conseguir lo que se consiguió.
Uno no sabe qué le puede deparar el futuro, pero si las condiciones están dadas (que me quieran los dirigentes y el técnico de turno), mi deseo es volver a vestir la azulgrana algún día. Siempre la prioridad la va a tener el Ciclón. Que todos sepan que por suerte acá me está yendo muy bien, pero que mi corazón nunca se olvida de Boedo. Y que en Brasil, televisor de por medio, siempre estaré haciendo fuerza por San Lorenzo.
Desde Orlando, donde estamos haciendo la pretemporada, ¡les mando un gran abrazo, Cuervos queridos!
http://sanlorenzo.com.ar/club/noticias/1484080607_mi-corazon-nunca-se-olvida-de-boedo-----
Te quiero mucho Buffa