Vos lo ves caminar la cancha y es el mismo que acá con Ruggeri ya había pasado de la puteada a la resignación indiferente (que es peor que la puteada).
A mi me parece menos delantero que un Blandi, ni hablar que un Cauteruccio o un Matos.
De cualquier manera lo aplaudo, por la perseverancia, por cómo la pegó con el fútbol, y porque no hay mayor virtud que sacar el máximo provecho de tus cualidades, sobre todo cuando son limitadas, por ejemplo hubo mil delanteros con mejores condiciones que Palermo en el fútbol argentino, pero pocos tendrán en la historia un lugar más grande. Y con Ulloa pasa algo parecido, siempre hago el paralelo con Peirone, a quien Leonardo no le podía atar los cordones técnicamente, y mirá como uno se codea con estrellas del fútbol mundial y el otro probablemente tenga que salir a laburar cuando deje de jugar, si es que no dejó todavía.