Me puso muy triste la noticia. Soy de los muchos que no tuvo la oportunidad de verlo jugar, pero tan emblemática era (y es) su figura, que su sola mención siempre me evocaba a las épocas doradas del Ciclón, en las que San Lorenzo era un grande de verdad (no es que no continúe siéndolo, pero vamos, que no es lo mismo), por supuesto, en Boedo y con toda su esencia. Decir "Telch" era decir, inequívocamente, "San Lorenzo". Y siempre con una sonrisa, siempre cerca del club, siempre palabras de afecto y respeto. Me consuela el hecho de que haya podido ver a su querido Ciclón en la cumbre de América pero no deja, y no creo que alguna vez me deje de doler un poco el hecho de que no haya podido ver otra vez a San Lorenzo donde debe estar, en Avenida La Plata. Gracias, Oveja.