Yo al principio pensaba lo mismo cuando veía cómo iban cayendo los goles: "Pero perdiendo por terrible cantidad de goles, ¿cómo les va a dar la cara para hacer fuerza en contra nuestra si el rival en la final va a ser su verdugo?". Pero a menos de una semana de su propia ejecución, hoy creo que los brasileños no van a tener vergüenza en hacer toda la fuerza del mundo para que no les demos la vuelta allá. Porque es el único consuelo que les queda. Eso sí, que se olviden de que una humillación como la que sufrieron ellos ayer. Eso imposible, así que en lo que a este mundial respecte, de aquí a la eternidad, no nos van a poder gastar nunca.
Claro, nos van a poder seguir gastando, por muchos años, con el tema del "pentacampeonato" (acá en Argentina se dicen esas cosas sólo cuando son consecutivas, pero bueno) y con tantas copas América que en los últimos años ganaron (aunque eso sinceramente mucho no le importe a ninguna selección grande, ni que fueran ni un 25% de lo que es la Eurocopa en importancia). Pero "Brasil 2014" va a ser un ítem que no van a poder agregar a la canasta de recursos para sobrar a sus "hermanos" (cómo nos llaman siempre, a veces parece que sarcásticamente, otras veces que es en serio), independientemente de lo que pase este domingo. Y eso ya es una victoria. Ahora, si el domingo estos pibes nos dan la gran alegría de vencer al reciente verdugo del ex-país del "jogo bonito" y del "show do bola" (una mentira hipócrita al mejor estilo del "paladar negro" amargo y "las tres G" gallináceas), y verdugo nuestro de las últimas dos copas y de la última final, ahí sí que por una puta vez en la vida vamos a poder inflar el pecho y sumarle algún fundamento actual a nuestro enorme ego en cuanto de fútbol se trate.