..hasta tengo un hijo hincha de San Lorenzo".
(La entrevista transcurre en su oficina, en el estadio de San Lorenzo. Desde su escritorio tiene como panorama una vista casi completa –deportivamente privilegiada por supuesto- del campo de juego)
-Se dijo en algún momento que ser un Romeo le abrió las puertas en Estudiantes, ¿realmente fue así? -Un apellido pesa, o a favor o en contra, pero yo nunca di importancia a eso que se decía, porque era una estupidez: si sos un buen jugador vas a jugar porque tenés condiciones, no porque seas un Romeo o quien sea. -¿No tuvo “gancho” entonces? -¡Qué gancho voy a tener! A ese nivel no hay gancho que valga. Igual yo siempre estuve más allá. -¿De qué? -De lo que digan. Estaba muy convencido de lo que quería: ser jugador de fútbol, quería llegar.-Y se retiró a los 35, cuando todavía podía dar más: ¿Qué le sucedió? ¿No daba más el físico? -No. Me retiré por cansancio mental. Los últimos dos años me quemaron la cabeza: primero con Quilmes, que me fui al descenso y después con San Lorenzo, que peleamos la promoción y zafamos. Fue tal el desgaste, la exigencia, que dije “hasta acá llegué”. Y bueno, además, ahora pasó el tiempo, se lo puedo contar… -A ver, cuente. -También hubo una promesa. Era tanta la presión, que prometí que si zafábamos del descenso no jugaba más. Es un momento tan desgastante que no se lo deseo a nadie. -La otra cara de la moneda son los ascensos, como el de Santamarina, ¿qué sintió cuando se enteró? -Lo seguía permanentemente. ¿Sabe que lo pensé…? Cuando ascendió, lo pensé. -No entiendo, ¿qué pensó? -Estábamos con San Lorenzo, en Brasil, jugando con Cruzeiro y lo llamé a Facundo De la Piedra y ¿vio la locura que a uno se le viene a la cabeza?, me dije: “¿Y si me pongo bien y…”, pero no, ya pasaron más de dos años sin jugar. Es mucho. -¡¿¿Pensó en volver a Santamarina??! Bernardo, con su jerarquía, ¡Cómo no va a poder jugar en la B! -Sí, pero ya está, pasó esa etapa, habría que ponerse a entrenar... Fue una ráfaga de locura que me pasó. -Sin saber este detalle, le iba preguntar: ¿por qué nunca se puede lograr que las grandes estrellas de Tandil terminen jugando en la ciudad? -Se puede, pero no es fácil, es complicado. -¿Es una cuestión económica? -Nooo. Hablo por mí, pero no creo, no es por eso. Cada uno ya está en su mundo, hizo sus cosas, yo tendría que viajar, porque mi familia está en La Plata. Pensé que por ahí Mauro (Camoranesi) pegaba la vuelta. -Otra de las leyendas dice que usted entrenaba después de los partidos, ¿qué hay de cierto? -Totalmente. Cuando no te sobra nada tenés que pasarte de trabajo, hacerte por sacrificio. Yo lo supe a los 14 cuando llegué a Estudiantes, no me sobraba nada y mis hermanos jugaban mejor que yo, Lolo, Santiago. -¿Esa historia también es real? -Sí. Todo el mundo lo decía. Miguel Ignomiriello, de Estudiantes, fue a Tandil a buscar a mi hermano Lolo (Leandro) y le dijeron “no juega más, vaya a buscar al hermano que en una de esas…”, por mí, que era el más petiso. Y después no fue fácil, la pasé mal también, ojo: estuve a punto de pegar la vuelta, irme a la m… -Pero siguió y triunfó. -El día a día te lleva a crecer y a madurar. En el fútbol si no sos fuerte de cabeza y no tenés perseverancia, por más habilidad que tengas, no llegás. Está claro: no tenés tiempo, ni chances: o te formas rápido o no llegás. -¿El propio Tinelli fue quien lo convenció de ser el manager de San Lorenzo? -Sí, Marcelo y Matías Lammens, el presidente del club. Estaba en casa, tranquilo, disfrutando de la libertad después de veintipico de años y suena el teléfono “hola, habla Marcelo”. Me pidió que lo acompañe en el nuevo proyecto y, la verdad, fue muy bueno todo: de un club en promoción a pelear la Libertadores … -Y aún siendo manager usted sigue con el perfil bajo. -Sí. No aparezco o aparezco poco. Hay veces que estoy con un amigo y se acerca alguien y mi amigo dice “¿Lo conocés? Romeo”, y el otro dice “no, yo de fútbol no sé nada” y para mí mejor. Me gusta que sea así. -Tinelli ya lo convenció una vez y siempre sale con la de él. Mire si le dice que vaya al programa. -¡¿Adónde?! -A la TV, a “Bailando por un sueño”.. -No. No. Hay cosas que no puedo hacer y que no me gustan. Si tengo menos baile que…
-(La cancha se llena de chicos. El manager mira, se distrae de la entrevista por unos instantes)-Ser jugador de fútbol es la felicidad máxima, ¿no?; más que ser técnico o dirigente exitoso. -No hay nada como ser jugador de fútbol. Jugar al fútbol es lo más lindo, si te toca, sos un elegido y hay que aprovecharlo. Pero se termina, como todo. Por eso siempre lo digo: lo importante es ser buena gente. Ser un buen tipo y laburar. Después las cosas se dan. -
Fuera de sesión
Si quieren aprender a cabecear, vayan al bosque
“Pincharrata” de cuna y por naturaleza, “Cuervo” por destino deportivo y por el afecto de una hinchada que lo sitúa entre los grandes ídolos de San Lorenzo, Bernardo Romeo lleva a los dos clubes en el corazón: “la gente sabe, no tengo problema en decirlo: soy hincha de Estudiantes” –larga como una declaración de principios- pero la cuestión no es tan sencilla. “
Ahora, desde hace un tiempo, bueno, soy de San Lorenzo, por todo lo que he vivido en estos diez años, que fue muy fuerte. Y por mi presente. Como será, que a esta altura hasta tengo un hijo hincha de San Lorenzo”.
Sería imposible que no se sienta plenamente azulgrana dada su calidad de manager de la institución, función que se podría definir como un nexo entre los dirigentes y los jugadores pero con potestad para tomar decisiones tales como definir los refuerzos. Y atrás de todo eso subyacen, además, los 99 goles que hizo con la camiseta del club de Boedo, de los cuales alrededor de la mitad fueron de cabeza y con una altura que, tratándose de un delantero de área, no era para vanagloriarse.
Sin embargo, más allá de todo y diga lo que diga, sus costados “pinchas” son imposibles de ocultar.
Con la genética no se puede. Veamos si no:
-¿Le tiene fe a la selección en el Mundial? -Sí, por supuesto. Más allá de los jugadores, al cuerpo técnico le tengo fe: perfil bajo, laburadores. Y Sabella me gusta como persona y como técnico. Es el perfil de técnico con el que me identifico. -¿Cómo aprendió a cabecear tan bien? -(Sonrisa) Esa es la pregunta que me hacen siempre. Todos. ¿Quiere saber cómo hacía? Lo aprendí en Estudiantes. Nunca lo olvido: Ignomiriello, José María Silvero, el “Bocha” Flores, Conigliario... nos llevaban al bosque y colgaban una pelota de un árbol, la pelota iba y venía y uno de los ejercicios era cabecearla, te dabas vuelta y la pelota ya empezaba a volver, así agarrabas el timing. Había que saltar y engancharla justo. Así aprendí.
En el bosque de La Plata”. .http://www.eleco.com.ar/noticias/Inter%C3%A9s-General/239667:4/-Cuando-me-entere-que-habia-ascendido,-pense-en-ir-a-jugar-a-Santamarina-.html