Un forense fue condenado en Estados Unidos bajo el cargo de “abuso flagrante" luego de comprobarse que abusó de cadáveres y de haber confesado que lo hizo en al menos cien ocasiones.
Se trata del médico Kenneth Douglas, que trabajó casi una década en una morgue estadounidense, y confesó haber practicado la necrofilia.
"Solo quería subirme encima de ellos y bajarme los pantalones", dijo, y como atenuante, el forense explicó que siempre lo hizo bajo los efectos de drogas y alcohol.