Recién llegué a casa. Estuve por el Obelisco a la mañana y cuando me cansé de esperar y sabía del micro atorado en la autopista, con un amigo que me encontré volvimos en auto por la zona de Lugano.
Nunca ví algo igual.
Estuve A NADA de ver algo del micro en Lugano. Pero bueh, ya está.
Histórico esto.
Lo de los salames de siempre que cagan la fiesta, sin palabras.
Y comparto que obviamente se podría haber organizado mejor: Los jugadores a Ezeiza, de Ezeiza en helicóptero a la Rosada, y de ahi salen al balcón, muestran la Copa, bailan, hablan boludeces, cantan, etc. Ponías pantallas gigantes en varios puntos de la ciudad para que la gente vea los festejos...
Pero bueno, como todo, en este país se hace todo mal, por inutilidad o adrede, pero todo mal.
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