Crecí como adolescente en los 90s cuando teníamos más tristezas que alegrías a nivel futbolístico. Rodeado de hinchas de Boca en primaria y secundaria y mi orgasmo era ganarles, los volvía locos gastándolos. Fueron siempre épocas muy buenas en esa índole hasta que en el 98 se empezó a torcer un poco la historia que parece nuevamente retomar su lugar original.
Yo los partidos con Boca no los puedo ver directamente (así como las finales), sufro mucho, tal vez hasta pasa un día e intento no conectarme ni poner la tv, nada, me hace muy pero muy mal perder con Boca, es una de las peores cosas futbolísticas que puedan pasarme.