Para mi, como nos pasó a los hinchas también (no digo todos, pero a mi por lo menos sí), el partido con Boca los agotó. Físicamente creo que se nota que tenemos jugadores grandes y nos pasa factura los partidos tan emocionales y, como era una final, también psicológicamente.
Huracán se jugó la final del mundo y nosotros no, ellos salieron a pelear las pelotas y nosotros a pelar por cosas como el banderín, que es una falta de respeto y etc, pero me pareció al pedo, al menos a mi. Qué sé yo, perdimos bien, no hay que darse tanta rosca.
Lo que más me duele son los expulsados para el clásico con Rasin. Y lo peor es que pudieron ser más, Ortigoza estuvo al borde.