Me causó la misma irritación.
El sorete pidiendo a cada rato, después de cada jugada, que por favor lo echaran... que los reglamentos están para ser cumplidos... claro, porque si Bosta o River incumplen una sanción están igual de desesperados, ¿no?
ASCO. Esa es la palabra que describe lo que me causó su actitud mercenaria.
Igualmente, lo que más me indignó del sector periodístico fue algo más grave que lamentablemente no tuvo la repercusión merecida: lo que dijo el hijo de mil puta, mala leche, resentido, mercenario de Elio Rossi ¿Cuál de todas? Preguntarán. La del año pasado, cuando dijo por Twitter que el campeonato estaba arreglado para San Lorenzo y no me enteré de ninguna medida del club para hacerle juicio al hijo de un Madison Square Garden abarrotado de putas por calumnias e injurias.