Lo que estoy notando es que los colectivos están empezando a tener más prensa, lo que hace que la gente cada vez hable más del tema y se formen distintas opiniones. El problema es que no veo que se pida respeto al otro, sino que se impone una aceptación inmediata hacia la gente del colectivo y del modo en que ellos quieren. Entonces lo que al principio parece una lucha de la que nadie debería estar en desacuerdo, se convierte en un "si no aceptás cada cosa que digo y hago, sos un completo retrógrado." Y acá es cuando aparece el conflicto. Porque por un lado está la gente que acepta cada cosa que venga del colectivo, pero también están los que al principio estaban de acuerdo pero a medida que aparecen nuevos reclamos, no coincidan en algunas cosas, lo que provoca que termine recibiendo ataques por pensar distinto y, finalmente, haga que se ponga en la vereda opuesta, casi llegando a odiar al movimiento.
Ejemplos: El movimiento feminista reciente que si no me equivoco empezó con el Ni una menos, pedía proteger a la mujer de los abusos y malos tratos de los hombres, además de endurecer las penas a aquellos hombres que matara a alguna mujer por el solo hecho de serlo. Creo que nadie podría oponerse a eso. Pero después el feminismo volvió a tomar mucha relevancia con el caso Dartés/Fardin, donde se pedía que ante la denuncia de violación, Dartés vaya automáticamente preso. Porque la sola denuncia era suficiente para declararlo culpable. Y si alguien llegaba a poner en duda o pedir que se investigue en la justicia para saber si se cometió un hecho aberrante como una violación, o un hecho aberrante como una falsa denuncia, Era un hdp. También apareció el lenguaje inclusivo, donde de un día para el otro empezó a estar mal nuestra forma de hablar porque el masculino gramatical ya no incluía a las mujeres. Aunque no hubo tantos adeptos a la E, si se empezó a usar el masculino y femenino en cada término. Y después llegó el turno del debate del aborto, donde se dividió en dos la opinión de la gente. O sos abortista, o sos pro vida. Y uno no acepta la opinión del otro. (Siempre hablando en términos generales)
Con el Black live matters, hubo un alboroto gigante por la muerte de Floyd en EEUU que tuvo réplicas en otros países, incluyéndonos. Por unos días se habló solo de ese tema. Ahora, cuando sucedió un asesinato similar en Tucumán, por decir un ejemplo, casi que ni fue noticia, y el nivel de indignación fue mucho menor. Aca se nota que el nivel de indignación general depende de qué tan instalada esté la noticia.
El movimiento LGBT+, pide respeto, porque muchos de ellos son discriminados. Pero al izar su bandera en un mástil donde suele ir la bandera Argentina, es obvio que el que piensa que ser gay es malo lo va a tomar como una provocación. Pero lo que también pasa es que muchos de los que los aceptan como son, se terminan ofendiendo porque lo toman como que bajan un símbolo patrio que representa a todo el país, para poner una bandera que representa a solo una parte. Como si bajaran la bandera argentina para poner la de boca, por decir un ejemplo. Y los que estaban en contra de que se ice la bandera, fue denominado anti-derecho.
También vi que surgen emblemas y frases asociadas a cada movimiento, lo que termina aumentando el sentido de pertenencia al que está dentro, pero apartando al que no.
En mi opinión, el problema que tenemos no es el rechazo a las minorías. Simplemente es la falta de respeto al otro. Al que tiene sobrepeso lo cargan por gordo, al bajito le dicen enano, al que tiene anteojos cuatro ojos, al pelirrojo mufa, el gay es puto, la lesbiana es torta, al negro le suele seguir algún adjetivo despectivo. A las mujeres les gritan cosas por la calle. El automovilista no deja pasar al peatón. Está el que pone música fuerte a cualquier hora, el hombre que maltrata a su mujer, la mujer que no deja al padre ver a sus hijos, el jefe que se aprovecha de sus empleados, el empleado que roba materiales de oficina, el que tira la basura a la calle, el que no levanta la caca del perro, el que pinta las paredes de otra casa, el que putea al otro por pensar distinto, y un eterno etcétera.
Yo creo que la clave es simplemente respetar al otro por el simple hecho de que es un ser humano. Si lo que el otro hace no perjudica a nadie, uno no tiene por qué meterse. Y si no está de acuerdo con lo que dice, intercambiar opiniones. "no estoy de acuerdo con lo que decís, pero defiendo tu derecho a expresarlo"