La imagen es claramente mala.
El laburo desde lo futbolístico fue bueno en líneas generales, tenía una idea inaplicable a este plantel (para mi también inaplicable para un fútbol duro como el argentino, competitivo como el de la A, pero sin recursos como el sudamericano) y se dio cuenta que si quería aspirar a algo tenía que cambiar. Cambió y lo mantuvo porque le rendía, bien por él en eso. Lo reprochable fueron las mil boludeces que hizo como la línea de 3, los cambios insólitos, el hecho de probar (e insistir) con Ortigoza de 5 y poner lo personal por encima de lo futbolístico (caso Mercier).
Desde lo humano fue horrible. Arrancar midiéndosela con los referentes y con algunos hasta peleándose, la nula relación con el plantel luego, la exigencia de excluir a un jugador con un alto rendimiento futbolístico del plantel por un problema personal (a un jugador que en ya casi 5 años en el club no se le conocieron más problemas que ese) y por último su huida teniendo todo arreglado con otro club.