Yo no soportaría nuevamente la sonrisa cínica de la chancha Merkel, pero esta vez aplaudiendo a "sus chicos" desde las tribunas del Maracaná.
Ahora, personalmente, nunca me voy a olvidar que estos alemanes de mierda, allá por 1939, indujeron al suicidio (si no es que lo asesinaron ellos mismos) del que es considerado el futbolista austríaco más grande de todos los tiempos: Matthias Sindelar. Y todo ocurrió porque se negó a jugar para el Tercer Reich, nada más que eso.
Tampoco me olvidaré que los que serían los "abuelitos" del actual
Die Mannschaft, ganaron el Mundial de Suiza 1954 dopados. Los jugadores creían que les inyectaban vitamina C, pero en el entretiempo de aquella final les "inocularon" metanfetamina pervitina (lo mismo que usaban los nazis para combatir durante la Segunda Guerra Mundial). Es que fue tan inverosímil que hayan derrotado a la Hungría de Puskas, Czibor, Kocsis, Bozsik y Hidegkuti (que les había ganado 8-3 en la fase grupos), que el mismo Comité Olímpico Alemán tuvo que solventar una investigación para saber más acerca del "Milagro de Berna".
La pecheada de los holandeses en 1974 ya es más conocida por todos; del robo de Codesal ustedes ya hablaron acá; podría sumar cuando Harald Schumacher partió al medio a Battiston en la semifinal de España 1982 y el árbitro no cobró ni foul; o cuando el puto de Klose le fue con la rodilla alta al Pato en el Mundial de 2006 y cambió el curso de ese partido.
Pero ya está, mala suerte, porque estos alemanes, sin esas ayudas a lo largo de su historia futbolística, quizás el domingo 13 de julio de 2014 no serían nada. Y ahora son una potencia mundial que mete mieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeedo brrrrr brrrrr… estamos todos cagados… me hago pis y caca de solo pensar que nos pueden destruir como a los brazucas
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Para terminar: con no ver a la chanchita rozagante del primer párrafo festejando, ya me conformo. Pero si les rompemos mucho el culo, mejor todavía.