Que en paz descanse mis pelotas.
Este tipo miró para otro lado siempre con los conflictos de la barra, los instalo en el fútbol argentino, los acogió y protegió hasta que su corazón no pudo más.
Cuanta gente murió asesinada en el medio por cosas que no intervino cuando era su responsabilidad?
Que la chupen los moralistas, los diplomáticos y los suavecitos. Se murió un mafioso cómplice de la muertes de tantas personas y de negocios turbios a nivel deportivo que son una verguenza. Yo no me olvido de la gente que fue a la cancha a alentar a su equipo y nunca volvió a la casa.