Con el diario del lunes, ambas situaciones parecen igualmente inaceptables y bochornosas.
Pero con el diario del viernes, lo de Gaich es MIL VECES PEOR.
Torrico fue el titular durante muchos años y cuando dejó de serlo fue porque había bajado el nivel y todos lo atribuíamos a una cuestión lógica de la edad y se sabía que estaba cerca del retiro. Cuando se probó un arquero "nuevo" Navarro, en la época del Pampa anduvo bastante bien y nadie pedía que volviera a atajar Torrico. Ahora en este segundo ciclo, después de volver de México, lo de Navarro fue mucho peor, pero aún así, tuvo 2 ó 3 partidos muy buenos, que encima ganamos, como contra Gimnasia y Banfield. Si a eso le sumás que Torrico tiene 40 años, es hasta lógico que pueda ser suplente. A punto tal que aún queriendo echar a Navarro, estábamos todos pidiendo un arquero nuevo de Selección para ser titular.
La vuelta de Torrico, a los 40 años, en el nivel que está mostrando en estos últimos partidos, es realmente sorprendente, aún para nosotros, que amamos al Cóndor. A punto tal que ahora dudo si realmente necesitamos incorporar un arquero o con Torrico podemos tener cubierto el puesto por un año más.
Lo de Gaich es totalmente a la inversa. Se notaba a la legua que era la mejor aparición de las inferiores de San Lorenzo desde Angel Correa. Pero de lejos se advertía, era muy fácil. Es joven, tiene proyección, futuro y cuando se vaya va a ser la venta más cara de la historia del fútbol argentino. Espero que Tinelli apunte a eso. Lo que había que hacer era ponerlo, darle confianza y mantenerlo en el equipo. Encima era facilísimo para el DT, porque si lo ponés y en los primeros 3 partidos te mete 4 goles, es lo más fácil del mundo dejarlo. Sólo había que ponerlo.
Por eso ahora, hasta los relatores y comentaristas de Superliga (ayer lo dijo Castillo), se preguntan "¿¿¿qué carajo veía Pizzi que no lo ponía a Gaich???" Y ojo, ya son varios que los escucho decir lo mismo. Pizzi se va a tener que quedar guardado por bastante tiempo. Y cada nuevo gol que haga Gaich va a ser una mancha más en el currículum del DT.