Morinigo es algo nunca visto ese gol, diego era la rutina de lo extraordinario.
El técnico del equipo era Miguel Ángel López, el Zurdo, que ofrece un nivel de detalle sorprendente. “Fui testigo de un gol de leyenda, muy parecido al segundo contra los ingleses en México. En febrero de 1980 se organizó un cuadrangular amistoso en Colombia, en el que jugaban tres equipos de aquel país (Deportivo Pereira, América y Deportivo Cali) y Argentinos Juniors, que dirigía yo”, prologó.
“En ese torneo, Diego demostró toda su guapeza y amor incondicional por la pelota. ¿Por qué sostengo esto? En el partido contra el Pereira, Diego tenía el dedo gordo del pie derecho inflamado, a la miseria, parecía una morcilla, imposible de jugar. Pero esa noche, Maradona marcó tres goles, uno de tiro libre. Pero la obra de arte fue en la mitad del segundo tiempo, con el marcador 3-2 a favor del Pereira. Arrancó en la mitad de cancha, fue eludiendo a los rivales: Farid Perchy y Henry Viáfara se le tiraron encima; luego vino el paraguayo Alcides Sosa y el último que lo cruzó fue el Moño Muñoz. Cuando llegó, amagó a patear, enganchó y quedó frente al arco y, cuando le salió el arquero, que era Roberto Vasco, amagó a tirar al segundo palo y se la tocó cortita al primero. Una obra de arte. Aunque el partido terminó 4-4 y Pereira se impuso por penales, esa noche en Colombia la gente se maravilló con quien sería el crack del fútbol mundial, concluyó su narración.
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