Ligamos bastante en semis y ligamos una locura en la final (más siendo nuestra primera con lo que significaba el estigma de la copa), lo que acá se dice, o al menos yo digo es que la empresa se puede encontrar jugando una final en agosto sin haberse enfrentado con ningún brasilero, ningún argentino, ningún campeón de América, ningún equipo de la altura, ningún equipo con figuras, un verdadero camino de rosas que no te encontrás ni en la copa Argentina, incomparable con lo que hicimos en 2014, cargandonos a tres brasileros y yendo dos veces a la altura.