Es un fracaso consumado el de Buffarini en Boca. No tiene ninguna chance de ser titular. Y cada minuto que suma le deben dar mas ganas a Guillermo de no tenerlo ni de suplente. No tiene vuelta atrás.
Buffarini cayó en San Lorenzo en un momento en el que NECESITABAMOS identificarnos con alguien en la cancha. Un equipo que estaba muerto y cada vez mas decadente. No había nadie en la cancha que nos hiciese sentir esa garra, esa desesperación y esa pasión que la hinchada despertaba en la tribuna. Y este tipo llegó y plasmó todo eso de entrada. Corría como una bestia. Iba y venía a mil por hora mil veces por partido. Empujó así a todo un equipo. En conjunto con eso nos demostró cariño, empatía, respeto. Luego su rendimiento bajó, pero le alcanzó lo anterior para ser capitán y ser uno de los 11 titulares campeones de la Libertadores. Se dió todo para que sea ídolo, por contexto, por el momento en que llegó, dentro de su infinidad de limitaciones futbolíticas.
No tiene la misma suerte en Boca. En Boca no tiene que empujar a nadie, no tiene que levantar nada, no tiene que salvar nada. En boca tiene que jugar al fútbol, y tiene que jugar bien.
Es, repito, un fracaso consumado.