¿Por qué se enojan tanto algunos con los que nos sentimos traicionados?
En todo el mundo es así, esa es la pasión del hincha.
Recuerden en Italia el Napoli con Higuaín, en España el Barça con Figo, en Alemania el Dortmund con Goetze, en Inglaterra el United con Tevez... apenas unas gotas de miles y miles de ejemplos del mundo entero.
Es así, la pasión de fútbol no es el jugador, ni el cuerpo técnico, ni el dirigente, ni el periodista.
Lo que le da esa magia mundial indescriptible al fútbol, lo que le da pasión, es el hincha.
Y como hinchas apasionados, Buffa, Mas, Abreu, Saja, Ervitti, Giunta, Perazzo, Acosta, Sanfilippo y tantos otros, serán para nosotros traidores (algunos más, otros menos, según el caso y según la idolatría que tenía cada hincha).
Es difícil que nos pongamos fríos y pensemos que al final, aunque nos retuerce la tripa, Boca y River son el Barcelona y Real de Argentina, y nosotros el Atlético o Valencia. Y si en frío escuchamos que uno del Atlético va al Real o al Barcelona... ¿qué pensamos? Pensamos que obvio que si el tipo puede ir a esos clubes... eso es lo que pasa en estos casos, pero nuestra pasión no lo va a aceptar, no y no, y listo, qué me importa la racionalidad, si soy hincha.
Y yo celebro eso. Me ponés uno de Boca o River enfrente, y le peleo a muerte que somos más grandes... pero si nos ponemos a pensar... ¿por qué podría pensar eso? ¡POR MI PASIÓN, NADA MÁS!
Y no hay pasión sin ídolos... pero indefectiblemente si hay ídolos, hay potenciales traidores, en un deporte competitivo (no es así, por ejemplo, en un ídolo del arte).
Tampoco es la muerte de nadie, ni del club, ni del jugador, ni del hincha. Es parte de este folclore hermoso del fútbol, y me parece perfecto que el hincha sienta eso.
Dicho esto... buuuuuuuu Traidorini! Rompete todo!