Foro Mundo Azulgrana

Interés General => Ocio y entretenimiento "Lucas36" => Arte y Cultura "Osvaldo Soriano" => Mensaje iniciado por: tommy_casla en diciembre 22, 2013, 13:38:27

título: Alguno escribe?
Publicado por: tommy_casla en diciembre 22, 2013, 13:38:27
Con la caída del foro también se fue este post, lo reposteo a ver si aparecen cuervos escritores.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: lionado.ciclon en enero 09, 2014, 14:36:55
El hincha
Había hecho cola durante cuatro horas para conseguir una entrada. Hacía un frío aterrador. El próximo en la fila era él, pero le cerraron la persiana de la boletería en la cara, dejándolo sin el ticket. Enfureció como nunca. Es cierto, alguna vez habría insultado al árbitro, se habría indignado con alguna jugada, con alguna pelota perdida. Pero esto era diferente. No era un partido más, porque se definía el campeonato y, ni más ni menos que ante el clásico rival. Porque pasó muchos años de sufrimiento, de descensos, de frustraciones, de catástrofes, de cargadas de amigos. Recordaba muy poco del último torneo conseguido por el club, a sus 5 años. Creció esperando que se repitiera la historia. Vio partidos aburridos, friccionados. Se bancó tantas cosas a la espera de este día de revancha, y no lo podría disfrutar. Un empate bastaría para ser campeones y dar la vuelta olímpica en la cancha de sus eternos rivales.
El día del choque, Roque se acercó a las inmediaciones del estadio, esperando milagro para poder ingresar. Intentó colarse por todos los sectores, pero no hubo caso. Dejaban entrar a los barras bravas  y no a un pobre fanático lleno de esperanzas.
De repente, un tipo canoso, barba blanca y raya al costado, lo vio con cierta desesperación y le acercó una propuesta irrechazable: por $230 le vendía una platea, pero en la tribuna del oponente. Era el doble de costosa que las oficiales, pero también su última chance de ver el partido.
Pagó y enfiló hacia la entrada pero, al intentar superar el molinete, se encendió una luz roja. El ticket era trucho. Sin embargo, el policía miró para otro lado a cambio de 50 pesos extras.
Por fin pudo ver el verde césped. El partido estaba empezado. Se sentó en un incómodo pasillo. Su hinchada cantaba como nunca, pero él no podía ni tararear porque estaba rodeado de hinchas del otro equipo. Continúo con sus habituales cábalas. Nunca entendió por qué lo hacía, pero se tenía fe en que le daría resultado.
Recién empezado el segundo tiempo y luego de una jugada aislada, cayó un centro al área y, tras una serie de rebotes, un antagonista la empujó a la red y abrió el resultado. Ahí se levantó el público local y él, estupefacto, dolido, ni simuló festejar. En ese momento varios simpatizantes notaron algo extraño en ese anciano. Le dijeron groserías, pero él ni se inmutó.
Su equipo no tenía ideas claras ni llegadas al arco. De hecho, el contrario podría haber sellado el marcador con un tiro que estalló en el palo. Él se comía las uñas y lo invadía la angustia.
Sin embargo, en el último minuto, el delantero de su equipo ensayó un  fortísimo zurdazo desde 30 metros. La pelota se deslizaba lentamente. Los segundos se hacían infinitos. Su corazón latía con fuerza.
El estadio enmudeció.  El arquero contrario la amortiguaba  las piernas. Roque, desilusionado, ya se estaba parando para irse con la bronca a cuestas, cuando notó que la pelota se le escurría entre las piernas al arquero.
No podía gritar el gol que tanto había esperado porque lo mataban. Para parecer “normal”, golpeó con fuerza el escalón y exclamó “Nooooooooo”, largando algunas de las O de “gol” que tenía dentro.   
Roque quería creer que estaba despierto y vivo. Que esto no era un sueño. Que esos 75 años perdidos en vano, esperando repetir la gloria, hoy daban efecto;  Que la envidia que siempre le tuvo a los equipos ganadores hoy se diluía; Que el mundo corría a sus pies; Que la solitaria persona que era hoy se llenaba de amigos; Durmió entre laureles.
Se despertó en un ambiente silencioso de hospital. No recordaba nada. Por eso, un enfermero le refrescó su propia historia. Notó que tenía algo atragantado. Un nudo molesto. Escuchó a lo lejos una conversación, en la que un hombre cargaba a otro en un tono amistoso. La víctima respondió:
-Decí lo que quieras, pero salimos campeones dos veces. La última fue hace tres años y contra ustedes. Te empatamos en el último minuto, amargo. Se lo comió tu arquero, que después no atajó nunca más.
Roque entendió la discusión. Revivió el gol tres años después y lo gritó con sus últimas fuerzas. Con ganas, bronca, entusiasmo. Ya se había liberado. Había sufrido un infarto al momento del gol, y permaneció tres años dormido.
 Su vida, a pesar de todo lo malo, estaba ganada. Como ese partido, con sufrimiento, pero ganada al fin.

 :casla:
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: lionado.ciclon en enero 09, 2014, 21:53:01
¿A nadie le gustó?  :sorprendido:
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Belu.Biol en enero 10, 2014, 12:35:36
Con la caída del foro también se fue este post, lo reposteo a ver si aparecen cuervos escritores.

Sí, yo escribo, me gusta mucho escribir.

Escribí tres novelas, pero todavía no las publiqué.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Flordeturra en enero 10, 2014, 23:53:18
yo. y leo muchoo tmb. cuando termine de estudiar psicologia, me pondre a estudiar la carrera de letras.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Flordeturra en enero 10, 2014, 23:54:01
El hincha
Había hecho cola durante cuatro horas para conseguir una entrada. Hacía un frío aterrador. El próximo en la fila era él, pero le cerraron la persiana de la boletería en la cara, dejándolo sin el ticket. Enfureció como nunca. Es cierto, alguna vez habría insultado al árbitro, se habría indignado con alguna jugada, con alguna pelota perdida. Pero esto era diferente. No era un partido más, porque se definía el campeonato y, ni más ni menos que ante el clásico rival. Porque pasó muchos años de sufrimiento, de descensos, de frustraciones, de catástrofes, de cargadas de amigos. Recordaba muy poco del último torneo conseguido por el club, a sus 5 años. Creció esperando que se repitiera la historia. Vio partidos aburridos, friccionados. Se bancó tantas cosas a la espera de este día de revancha, y no lo podría disfrutar. Un empate bastaría para ser campeones y dar la vuelta olímpica en la cancha de sus eternos rivales.
El día del choque, Roque se acercó a las inmediaciones del estadio, esperando milagro para poder ingresar. Intentó colarse por todos los sectores, pero no hubo caso. Dejaban entrar a los barras bravas  y no a un pobre fanático lleno de esperanzas.
De repente, un tipo canoso, barba blanca y raya al costado, lo vio con cierta desesperación y le acercó una propuesta irrechazable: por $230 le vendía una platea, pero en la tribuna del oponente. Era el doble de costosa que las oficiales, pero también su última chance de ver el partido.
Pagó y enfiló hacia la entrada pero, al intentar superar el molinete, se encendió una luz roja. El ticket era trucho. Sin embargo, el policía miró para otro lado a cambio de 50 pesos extras.
Por fin pudo ver el verde césped. El partido estaba empezado. Se sentó en un incómodo pasillo. Su hinchada cantaba como nunca, pero él no podía ni tararear porque estaba rodeado de hinchas del otro equipo. Continúo con sus habituales cábalas. Nunca entendió por qué lo hacía, pero se tenía fe en que le daría resultado.
Recién empezado el segundo tiempo y luego de una jugada aislada, cayó un centro al área y, tras una serie de rebotes, un antagonista la empujó a la red y abrió el resultado. Ahí se levantó el público local y él, estupefacto, dolido, ni simuló festejar. En ese momento varios simpatizantes notaron algo extraño en ese anciano. Le dijeron groserías, pero él ni se inmutó.
Su equipo no tenía ideas claras ni llegadas al arco. De hecho, el contrario podría haber sellado el marcador con un tiro que estalló en el palo. Él se comía las uñas y lo invadía la angustia.
Sin embargo, en el último minuto, el delantero de su equipo ensayó un  fortísimo zurdazo desde 30 metros. La pelota se deslizaba lentamente. Los segundos se hacían infinitos. Su corazón latía con fuerza.
El estadio enmudeció.  El arquero contrario la amortiguaba  las piernas. Roque, desilusionado, ya se estaba parando para irse con la bronca a cuestas, cuando notó que la pelota se le escurría entre las piernas al arquero.
No podía gritar el gol que tanto había esperado porque lo mataban. Para parecer “normal”, golpeó con fuerza el escalón y exclamó “Nooooooooo”, largando algunas de las O de “gol” que tenía dentro.   
Roque quería creer que estaba despierto y vivo. Que esto no era un sueño. Que esos 75 años perdidos en vano, esperando repetir la gloria, hoy daban efecto;  Que la envidia que siempre le tuvo a los equipos ganadores hoy se diluía; Que el mundo corría a sus pies; Que la solitaria persona que era hoy se llenaba de amigos; Durmió entre laureles.
Se despertó en un ambiente silencioso de hospital. No recordaba nada. Por eso, un enfermero le refrescó su propia historia. Notó que tenía algo atragantado. Un nudo molesto. Escuchó a lo lejos una conversación, en la que un hombre cargaba a otro en un tono amistoso. La víctima respondió:
-Decí lo que quieras, pero salimos campeones dos veces. La última fue hace tres años y contra ustedes. Te empatamos en el último minuto, amargo. Se lo comió tu arquero, que después no atajó nunca más.
Roque entendió la discusión. Revivió el gol tres años después y lo gritó con sus últimas fuerzas. Con ganas, bronca, entusiasmo. Ya se había liberado. Había sufrido un infarto al momento del gol, y permaneció tres años dormido.
 Su vida, a pesar de todo lo malo, estaba ganada. Como ese partido, con sufrimiento, pero ganada al fin.

 :casla:


Escribis MUY BIEN =)
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Garra Azulgrana en enero 10, 2014, 23:58:11
Sería interesante que aquellos que quieran escribir dejaran algo referido a nuestra institución nuestras pasiones o sensaciones, algo mas para mejorar y engrandecer  el foro
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: lionado.ciclon en enero 11, 2014, 11:48:37

Escribis MUY BIEN =)

Gracias  :thumbup: tengo algunos otros pero no son de San Lorenzo.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: submax4ever en enero 11, 2014, 12:18:44
Yo arranque un blog hace un par de meses como hobbie. Tengo un par de textos del ciclon escritos, dejo uno aca, si quieren leer mas (Lo dudo mucho jaja) , manden un mp y les paso el blog

Relato de un 15 de noviembre
La vieja estaba  triste, Había  pasado toda la tarde en la sombra, Con los ojos llorosos, Pensando en su hijo, ese que cantaba y bailaba.
Ese que festejaba la vida no importara que. Ese que por más que las cosas se pusieran difíciles, las enfrentaba con la frente bien en alto

La pobre vieja recordaba, como se lo habían arrebatado, como le habían sacado una parte de su cuerpo, de su alma y de su ser.
Ella sabia que su hijo estaba ahí, en el horizonte, llorando por ella, pero nada podía hacer. Solo esperar el día que su hijo por fin rompiese las cadenas que lo oprimían y volviera a sus brazos

El chico lejos de ahí, en otro barrio, en otra casa, extrañaba a su mama, la porteñita, esa que bailaba al son, del dos por cuatro de piazzola.
Era un amor incondicional el que sentía, incluso cada tanto si su ánimo estaba cabizbajo, Componía alguna canción con tintes murgueros que le recordara esas tardes de domingo cuando bailaban juntos.

Las horas pasaban, y parecía ser una noche mas para los dos. Hasta que cerca de la media noche recibieron una noticia, Una noticia que esperaron por años,
Luego de una eternidad volverían a verse las caras, el niño prodigio volvía al barrio.
Volvería a cantar las tardes de domingo, y su mama, hermosa como siempre,

Se vestiría de gala, llena de color y felicidad, para admirarlo con orgullo.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: tommy_casla en enero 12, 2014, 15:58:34
Bueno, yo escribo cosas bastante variadas, pero ya que estamos con la onda de dejar textos relacionados al ciclón, les dejo algo del 8 de marzo.


¿En serio creíste que te íbamos a dejar así como si nada? Tantos años, tanta historia, magia, gloria… ¿pensaste que íbamos a olvidar todo eso simplemente porque es lo que ellos querían que hagamos?

Antes que nada, tengo que pedirte perdón, primeramente, por esos que eran nuestros pero parecían enemigos y decían que vos ya no existías, y que había que seguir adelante. Esos nuestros que decían que esto era una utopía, una fantasía, algo irreal. Hoy no sé donde estarán, pero sí se dónde estás vos -o por lo menos una parte tuya-: en el mismo lugar de siempre. Esa vieja avenida a la cual le estamos devolviendo el color que ellos le quitaron.

Y ratificando en parte lo que algunos, pocos y no tan pocos, decían. “Que somos unos locos, que todo esto es una locura” y que repetían como loros que pongamos los pies en la tierra. Es que, ¿por qué debíamos estar en la tierra si vos ya no estabas ahí? Si vos sos tan enorme y glorioso que no entrabas en ese terreno y tuviste que irte arriba con otros gigantes. Entonces, no nos quedaba más remedio que ir allá arriba, donde la locura es moneda corriente y los cuerdos son mirados mal, para buscarte, abrazarte y, llegado el caso, traerte de vuelta. Pero no para demostrarle nada a nadie, ya que no lo merecen. Sino para poner las cosas en su lugar y que tanto ellos como los nuestros vean que la fantasía y la realidad están a un sólo paso de distancia.

Y es que ese día cuando 40 mil almas te abrazaban, sentía tus lágrimas sobre mis hombros. Sí, no hace falta que me digas nada, imagino que nunca te habías dado cuenta de lo importante que sos para nosotros. Entonces, ¿qué me queda para decir hoy? Hoy que somos 100 mil y que vemos el cartel de llegada frente a nuestros ojos, hoy que vemos en carne propia que los sueños, a base de esfuerzo y sacrificio, pueden volverse realidad.

Y en el futuro, mirar atrás y ver toda la historia de esta lucha. Como el compromiso, la voluntad y la fidelidad se unieron en un acto único para hacer justicia y espantar a esos fantasmas que querían verte como ellos: muerto. Para demostrarles, ahora sí, a ellos y a nosotros que estás más vivo que nunca.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: lionado.ciclon en enero 13, 2014, 15:09:53
Esto lo hice hace un año. Casualmete, ocurre una historia parecida con Torrico, no sé si lo notaron.

El arquero

El día que ganamos el Mundial en Brasil 2014 todos me abrazaban a mí, me entrevistaban a mí y no a otras grandes figuras. Era el más codiciado por los periodistas de todo el mundo y por los pocos uruguayos que se acercaron a ver el partido. Nadie podía creer mi hazaña.

Todo empezó cuando me llamaron para participar en el Mundial. Era una alegría inmensa, pero lo de participar era un decir. Un tercer arquero de esos que sobran, que ceban buenos mates, que levantan el ánimo al grupo y que les da consejos paternales. Podrían llamarme experimentado, pero por la vida que ya llevaba a cuestas, no por mis habilidades como arquero. Atajaba en un equipo chico de la B de Uruguay. Recibía dos o tres goles por partido, pero los técnicos me elogiaban la actitud y porque además, no tenían plata para comprar otro.

Mi familia era pobre y no podían mantener a 7 hijos. Entonces mi tía hacía malabares para hospedarme a mí y a dos de mis hermanos en su humilde casa. Era capaz de hacernos compañía durante 90 minutos mirando un partido de fútbol con tal de vernos felices.

Ya con 37 años, mi vida futbolística estaba acabada. Pero se dio la convocatoria porque yo era muy amigo del ayudante de campo de la selección y le pidió al técnico un lugarcito para mí, que total no iba a jugar ni un minuto. El tipo accedió, con la condición de que yo debía preparar caipirinha en los ratos de descanso en la playa.

Preparé la valija con más mallas que ropa deportiva, y con una cámara de fotos nueva para posar junto a mis ídolos y ahora nuevos compañeros. No llevaba manuales de cómo atajar, sino guías de Brasil y un itinerario turístico de acuerdo con el calendario de partidos.

Ganábamos los partidos al límite, por diferencias mínimas. Pero nos sirvió para alcanzar la final. Y el rival en esa instancia era ni más ni menos que Brasil, el local al que todos querían ver salir campeón.

El día anterior al partido definitorio hicimos un picadito en una calurosa playa de Río. Clima distendido para afrontar el desafío más importante de nuestras vidas, ya lo viviéramos dentro o fuera de la cancha. A la noche no nos dejaron dormir unos quince molestos que tocaban bombos y tiraban fuegos artificiales para quitarnos horas de sueño.

A la mañana nos enteramos que Tito era alérgico a los mejillones, el plato del día anterior. Pobre Tito, se perdería de presenciar la final por algo que se podía haber dado cuenta mucho antes. Ahí yo pasaba a ocupar su puesto, aunque no era más que un detalle.

Yo le daba consejos al Rulo, el número uno titular, lo arengaba y le decía que pasaría a la historia del fútbol mundial. En el calentamiento previo le pateaba fácil para que tomara confianza.

Empezó el partido nomás y nos pusimos uno a cero a los veinte minutos. Jugamos con la tradicional garra charrúa, metiendo y metiendo.

Ya pasados los treinta minutos del segundo tiempo y al ver que el equipo no podía empatar, las 96.000 almas que colmaron el estadio Maracaná se pusieron impacientes ante la falta de gol que los conduciera a la gloria en su país. Igual, sabíamos que si nos empataban no habría forma de aguantar en el alargue.

Se disputaban los últimos tres minutos y los brasileños se agarraban la cabeza con desesperación cuando en una jugada aislada Rulo choca en el área con un delantero suyo y ante el mínimo roce este se tira despatarrado para engañar al árbitro. Y logró su propósito. Penal y expulsión para Rulo. Todos lo querían matar a ese juez vendido qué quería quedar bien con los locales y terminar la fiesta en paz.

Yo, como todos, estaba desencajado desde el banco cuando el técnico me dice “preparate que entrás”.

Ahí dejé de insultar. Ahí caí en la cuenta de que mi vida cambiaría por completo. Que esa vida con más penas que glorias se prolongaría o terminaría hoy. Al entrar a la cancha caminé bien despacio, tratando de revivir la leyenda de Obdulio Varela, aquel hombre que “produjo” el Maracanazo ante una situación similar a esta. Tras recibir un gol en contra en la final del Mundial de 1950 y ante el júbilo de los brasileños, su compatriota tomó la pelota e hizo tiempo durante unos minutos, tratando de “enfriar” el partido. Y Uruguay, con Obdulio como bandera, dio vuelta el partido y arruinó la fiesta que tenían preparada los locales. Este día la ilusión era la misma que hace 64 años.

El estadio entero me chiflaba y quería olvidar esa epopeya oriental del pasado.

Yo casi me desmayo de los nervios y la presión. Enfrente tenía al exitoso Neymar. A él lo conocía todo el mundo y era millonario. A mí no me conocían ni en mi país y era más bien pobre. Éramos dos mundos distintos, enfrentados por esas cosas del destino a no más de 12 pasos. Él también temblaba. Su fama corría peligro de extinción si lo erraba. Lo disimulaba con una sonrisa falsa, pero temblaba. Yo imaginaba que mi familia estaría mirándome por tele. Tras ese penal podría comprar propiedades en Miami. Podría conocer Europa. Podría ser recibido en Uruguay como un héroe. El Papa pediría una reunión conmigo. Sería transferido por una suma muy importante de dinero a un club reconocido.

Finalmente tomó carrera y diez minutos después de la infracción en el área se dignaba a patear el penal.

En esas milésimas de segundo me vinieron recuerdos lindos de mi infancia y de la etapa de la adolescencia. Me puse un poco nostálgico. Cuando nos juntábamos con los muchachos a jugar al fútbol los domingos a la mañana. Cuando mirábamos partidos con mi tía. Cuando nos corríamos con mis hermanos por los cerros. Cuando realicé mi viaje de egresados, que consistía en un día de campamento. Cuando conseguí mi primer trabajo, que permanecía horas en una librería sin compañía de nadie. Cuando admiraba las atajadas de Buffon en la final del Mundial 2006 y soñaba con llegar tan alto como él.

Yo había decidido tirarme a la izquierda, pero cambié a último momento por el otro palo. El tiro fue recto y punzante hacia el medio del arco. Ya estaba abatido, era el fin. No había forma de sacar ese remate. Por lo menos un país enorme sería feliz. Y el nuestro, chiquitito en el mapa, estaría triste, pero seríamos los menos. Los muchachos estaban cansadísimos y sería imposible reponerse tras un golpe así. La pelota venía dando vueltas. Intenté despejarla con un manotazo desesperado. En una de esas la enganchaba. Durante esos tres segundos el estadio se inmovilizó. Y con la punta del guante alcancé a desviarla. Otros cinco segundos en un silencio atroz. Cuando me repuse del estado de shock en el que estaba, me despertaron los cálidos abrazos de mis compañeros. Éramos campeones gracias a mí. Los brasileños lloraban desconsolados. Y como habrá pensado Obdulio, les ganamos porque eran vulnerables. En el fondo tenían miedo.   

Después vino todo lo que vino.





título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: DAMIANOK en enero 16, 2014, 13:41:34
Siempre quise escribir, nunca me hice del tiempo.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Belu.Biol en enero 16, 2014, 13:44:11
Siempre quise escribir, nunca me hice del tiempo.

Es cuestión de inspiración
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: spin en enero 22, 2014, 13:59:50

 Me están convenciendo. Creo que éste año (sobre el final) voy a publicar dos libros de poemas (así los amigos y algunos lectores no me rompen más las bolas.)  Allá por Octubre. Veremos.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Le6ioN en enero 23, 2014, 10:25:58
empece con canciones y "poesias"

despues me le anime al relato corto

pero nada referido a san lorenzo

aunq algunos los puedo modificar
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Belu.Biol en febrero 25, 2014, 09:40:37
Interesante, Fede
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Franchiii en febrero 25, 2014, 20:49:15
En la habitación espejada solo se encontraba una pequeña mesa cuadrada de madera y una delgada silla. Ambos cuerpos de un color nogal, resultaban minúsculos dentro de la imponente sala. Años atrás, ese  espacio había sido una conocida sala para la práctica de ballet.

Luego de destrabarse la segunda cerradura y comenzar a abrir la puerta con su  característico chillido, ingresaba al departamento con una exagerada pero incomoda calma mientras fijaba su vista en la puerta donde Thomas lo aguardaba. Sin duda estaba ansioso de verlo.

El actual Sr Beckinsale, lucía con una apariencia decrepita en relación a su no muy lejano pasado. Sus ojeras no señalaban indiferencia como así tampoco la palidez de su rostro. Mientras situaba la liviana silla frente al espejo, sentándose posteriormente en ella, oyó desde el exterior los lentos pasos acercándose a la gran sala. Ya se encontraba ahí.

Los irritados ojos de Thomas se empañaron por la angustia y el miedo al haber sido vencido en una batalla que jamás quiso pero sin embargo siempre estuvo dispuesto a luchar.

A través de sus pesados y húmedos ojos, observó a través del gran espejo como la puerta era abierta. Traía consigo una silla idéntica a la que se encontraba. Las manos de Thomas describían movimientos nerviosos que denotaban humillación e impotencia.

Procedió a colocar su oscuro gorro y su pesado saco en una esquina mientras observaba al rendido hombre sentado junto a la pequeña mesa frente a la gran pared espejada.

Una diminuta lágrima caía sobre el rostro de Thomas pero no tuvo intención de permitir que él lo advierta, haciéndola desaparecer con su mano izquierda manteniendo su cabeza gacha.

Mientras acomodaba su silla separada medio metro de la suya, supo que había llegado el momento en levantar la vista y afrontar lo que desde hacía tiempo huía.

Ya se encontraba sentado junto a él.

La tensión que se concentraba en la parte anterior de su cuello le hizo imposible en un principio permitir ascender la cabeza. Sólo pudo observar ver el oscuro calzado de color marrón que su acompañante vestía. Detenidamente y a través del espejo comenzó a observarlo. Ya no era posible simular los gritos mudos, las pocas pero pesadas lágrimas y los pequeños movimientos que sacudían su cuerpo.

Finalmente lo logró. Lo vio a los ojos y un gran escalofrío lo abrazo al borde de sofocarlo.   

Durante su detenida vista a través del espejo, vio cómo el hombre que tenía cubierto la frente de sudor y la cara de lágrimas, lo miraba. Lentamente una pequeña pero triunfante sonrisa se esbozó en su rostro.  Hizo una pequeña mueca y se dispuso a decir las primeras palabras de lo que sería un casi infinito encuentro.

“Hola Thomas…Al fin nos conocemos.”

Me gustó mucho!
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Franchiii en febrero 25, 2014, 22:42:09
Soy bastante tímido mostrándome, pero aprovecho que el tema se desvío de  :casla:
Siempre escribo cosas para mi, para expresarme, cosas que pueden tener sentido o no en la cabeza de otro, la verdad no estoy enterado porque soy algo reservado, por ahí porque aún soy chico. A veces no me siento para nada elocuente y otras veces me encantaría que otro leyera mis escritos. Aunque la mayoría de las veces me digo a mi mismo "por qué carajo estoy haciendo esto" jaja, pero bueno me hace bien!
A veces escribo cuentos como éste:


De repente oscurece, observo estrellas. Al cabo de unos segundos, vuelve a hacerse de día en la retina del ojo, y estoy de pie dispuesto a hacer las acciones que olvidé hace unos momentos cuando anocheció y la oscuridad invadió la sala.
Quizás sea la sensación de fallecimiento próximo, me produce éxtasis y una variedad de sentimientos no experimentados igualmente felices que extraños.
Por un instante logro abandonar el mundo seguro de la vida cotidiana y me adentro en territorio desconocido. Así mismo puedo pensar más allá de mi razonamiento y con una plenitud admirable.
Lástima que es por unos instantes...

Él se siente insatisfecho, quiere volver a quedarse anonadado por sus pensamientos. Así que vuelve a repetir el procedimiento.
Irgue todo su ser inmediatamente del suelo formando una linea recta, no tan exacta debido a los primeros síntomas de la oscuridad en su visibilidad.
Se dispone a indagar en su mente, en sus retorcidos pensamientos y se descubre muy locuaz con si mismo en aquella situación. Inefablemente puede explicar cualquier hecho que se le presente en su consciencia y fundamenta cualquier teoría de algún vestigio de futuro venidero.
Se vence a si mismo, en aquellos médanos de su mente.

Sin embargo,empieza a decaer y a sentirse nauseabundo, tal vez todo esto da lugar a alucinaciones semejantes a los efectos de alguna droga. Siente que sus órganos no funcionan, y el oxígeno lo está abandonando, algo no anda bien. Como último rasgo de su falsa sensación divina e inteligencia suprema, se dispone a presagiar su muerte, pero antes de que se acerque a sus ansiadas conclusiones placenteras, ocurre lo inevitable.
La sangre no logra llegar al cerebro a tiempo, éste da aviso de mal funcionamiento, se oye un cuerpo caer al suelo.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: tommy_casla en febrero 26, 2014, 04:17:27
Les dejo una de las últimas cosas que escribí:

---------

Consumirse

La oscuridad monopolizaba el lugar. Sólo había silencio.

Algo interrumpió.

Ese inconfundible y efímero sonido que aparece al raspar la cabeza roja de un simple fósforo de madera.

La tenue luz delató tu presencia. Tu dedo pulgar e índice sosteniendo esa lumbre. Tus ojos, apenas descubiertos en las tinieblas, molestos ante esa mínima ruptura de la bella oscuridad.

El fuego iba consumiendo la madera hasta quemar tus yemas. Pero vos permanecías inmutable.

Algo superior había ocurrido. Ese placer que –adivinaba- reflejaba tu rostro no era consecuencia del regreso a las penumbras.

Porque no era un regreso (me explicarías más tarde).

Pero esa oscuridad, que no era aquella oscuridad, no era lo único que estaba aconteciendo.

Un aroma en forma de humo. Un fino hilo que se filtraba por la nariz. Y allí realmente te relajabas, como si fuera todo lo que necesitabas, todo eso que habías estado deseando.

Ese mismo sueño se repitió varias veces, varias noches. Hasta que logré interpretarlo. Hasta que finalmente pude descifrar tus intenciones.

Después de semanas enteras viendo tus fotos, recorriendo esos lugares que habían sabido ser nuestros.  Luego de un insomnio cargado de inentendible culpa, de ese ferviente deseo de haber sido yo y no vos.

Todo pareció tan claro en ese instante. Entender que yo permanecía ahí en alguna oscuridad, inhalando ese melancólico humo que dejaste al apagarte.

título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: pochobuteller en febrero 26, 2014, 13:28:31
Por fin entro a un foro donde se puede hablar expresarse ,soy nuevo en esto pero lo unico que encontre del otro lado es un infiltrado ,gato ,hay de todo aca
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: cuervo_94 en marzo 02, 2014, 03:55:29
Che muy buenos los textos que subieron acá eh, me gustaron. Me gustaría escribir a mi, nunca me puse, lo que si hago es leer muchísimo.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: juanchi_SL en mayo 23, 2014, 15:18:54
Yo escribo en una agencia de noticias. Nunca nada literario. A lo sumo alguna crónica publicada alguna vez.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Flordeturra en mayo 23, 2014, 15:21:40
yo estoy empezando un curso de narracion, escribo desde muy chica,despues cuando termine el cuento que estoy escribiendo lo subo.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Mago Azulgrana en junio 02, 2014, 19:17:41
yo siempre escribí y hacia diferencia en el colegio,he participado en algunos concursos de editoriales y metía podio y también revelación ya que la gente que escribía era de mayor edad (yo tenia en ese momento 15/16 años) ahora debería volver ya q todos los meses me mandan para que me anote para concursar.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Pablo en diciembre 12, 2014, 20:11:16
Es lógico, cuando uno tiene los ojos vendados no puede ver más allá de la venda.


Esa era una tarde especial, los rayos del sol golpeaban como latigazos sobre la piel de las personas sin rostro que caminaban por las veredas de la calle, todos los autos sin ningún tipo de marcas surcaban la avenida a la misma velocidad, y el viento mecía las hojas verde manzana de unos árboles mucho más altos de lo normal.
Caminando en sentido hacia la calle más comercial venía ella, con un paso constante y tranquilo, caminaba evitando pisar las franjas de las baldosas, lo hacía porque... bueno, él también lo hacía y era una particularidad suya que le llamaba siempre la atención cuando veía caminar a los demás. En fín, ella caminaba, su rostro parecía aparentar como si estuviese pensando algo, sin embargo no pensaba en nada, él todavía no lo había pensado. Ella era hermosa, de baja estatura, pelo castaño, unas insinuaciones de pecas que solo podían ser apreciadas a corta distancia, ojos marrones, vestía una musculosa blanca y un jean corto azul gastado, era más joven que él porque... bueno, uno siempre lo imagina así.
La chica de pelo castaño seguía caminando con pasos como furiosos pero suaves, ondeando sus manos despreocupadamente hacia adelante y atrás intercalando brazo izquierdo y derecho, cuando de repente, sin que pareciera haber una precedencia, sin un pasado causante de que él se encontrara allí, él apareció, parado, estático frente a la puerta de aquel edificio, mirando para donde ella venía, sin dudas fue una aparición sorpresiva, y sin embargo... a ella pareció no importarle, y de hecho no le importó, pasó junto a él sin percatarse, sin darle más importancia de la que se le da a un poste de luz o a un árbol cuando se está caminando, a pesar de su indiferencia, y aunque no lo supiera, él era demasiado importante para ella, demasiado.
Una vez que lo dejó atrás por unos metros él sonrió para si mismo y empezó a llevar a cabo su plan, dió media vuelta y le gritó:
- Hey, vos.
Ella no se inmutó, siguió caminando exactamente igual a como lo venía haciendo como si no hubiera escuchado nada aunque lo había hecho.
- Hey... disculpá -insistió el joven.
Acto seguido ella detuvo su paso, pareció desorientarse por unas décimas de segundo, y se dió media vuelta, las nubes se detuvieron.
- ¿Me hablás a mí?
- Por supuesto que te hablo a vos, ¿ves a alguien más?
Como por acto reflejo giró su rostro hacia un lado y hacia el otro y era cierto, no había absolutamente nadie más en la calle, es decir, no se podía ver a nadie a lo lejos, mucho menos a lo cerca, no pasaba ningún auto, tampoco perros, ni pájaros, ni insectos, era como si de repente ellos dos fueran las únicas personas que habitaban sobre la tierra, y por extraño que pueda sonar ella seguía sin tomar noción de eso hasta que él se lo destacó.
La chica de pelo castaño inspeccionó por unos breves segundos el rostro del muchacho, no le veía cara conocida, y para aclarar su duda inquirió.
- ¿Te conozco?
- Pregunta difícil de responder, aunque lo más lógico sería decir que no. Sin embargo yo si te conozco muy bien.
Ella se asusto, ¿cómo no hacerlo? aparece un extraño que te detiene en la calle, dice algunas oraciones un tanto absurdas y luego dice que te conoce. Sentir miedo parecería bastante razonable, y ella lo sintió.
- Ah... bueno, me tengo que ir, chau.
Acto seguido dió media vuelta y enfiló su rumbo para donde se dirigía ántes de ser interrumpida esperando que apareciera alguien más deambulando por las aceras para sentirse más segura.
- Se te ve muy apurada, ¿a dónde vas? ¿puedo acompañarte?
Ella no contestó y apuró el paso para alejarse, el abrió los brazos como reclamando algo y dijo en un tono alto que quebró el silencio:
- No me tengas miedo de mí, de hecho deberías tener miedo de otras cosas... por ejemplo de que no tengas idea de a donde estás yendo tan apurada.
Ella lo escuchó, y pensó:
- Dios, está loco, por favor, ¿qué es eso de que no se a dónde...
Y se detuvo, entonces un escalofrío le recorrió los nervios con velocidad de rayo, y en un segundo se puso blanca como una de esas nubes que ya no había en el cielo.
- Te diste cuenta eh. -dijo él- Peor aún te vas a poner cuando pienses de donde venís y llegues a la conclusión de que no lo sabés, y que no me viste cara conocida porque, de hecho, si trataras de recordar un rostro conocido verías que no podés hacerlo, porque no recordás a nadie. Es lógico, cuando uno tiene los ojos vendados no puede ver más allá de la venda.
El miedo es una sensación bastante desagradable, pero peor aún que el miedo en estado puro es el miedo mezclado con incertidumbre, y esa mezcla es la que estaba experimentando la chica de pelo castaño en ese instante.
- ¿Quién sos?- con aquella pregunta quería matar algo de esa incertidumbre y apaciguar un poco el miedo latente que crepitaba en sus labios pálidos pintados de carmesí.
- ¿Quién soy? Es difícil de decirlo, es decir, yo soy quien decide si es de día o es de noche, si hace frío o calor, si hay gente o hay vacío... desde tu óptica podría decirse que soy Dios, porque después de todo si vos estás acá es porque yo lo decido y en cuanto yo lo quisiera dejarías de ser.
La incertidumbre no cesó, pero el miedo se vio bastante apartado por otra emoción, una que empujó al resto de las emociones a un lado, se puso en primera fila y la hizo estallar, esa emoción era la ira.
- Flaco ¿Podés dejar de hablar como un loco y me podés explicar por qué me decís todas esas cosas? ¿Por qué no se de donde vengo ni a donde voy? y ¿por qué no me acuerdo absolutamente de nada?
El sonrió, fue como si le hubiese gustado esa exasperación, y claro que le gustó, después de todo el la pensó antes que ella, le gustaba como se le tornaba el entrecejo y ese tono rubor cuando se enojaba.
- Bueno, está bien, resumiendo el asunto... vos, ¿cómo puedo decirlo sin que duela?... podría decirse, desde algunos puntos de vista, que vos no existís, que no sos real. Todo lo que estás viendo, todo lo que te rodea, escuchás, olés y sentís, este árbol, éste edificio, el suelo y el cielo, absolutamente todo, todo eso es nada, porque nada está ahí de verdad, o sí lo está, es tan relativo como vos lo quieras pensar. Nada está ahí porque todo esto es pura y exclusiva obra de mi imaginación, vos sos un personaje que estoy pensando en este mismo momento, de hecho yo tampoco estoy acá, soy una representación casi omnipotente de mi mismo dentro de mi cabeza. Y digo casi omnipotente porque a pesar de que decido todo lo que va a pasar no puedo experimentar nada de manera total, yo no tengo sentido del olfato, ni del tacto -tomo unos guijarros del suelo y los apretó moviéndolos entre su dedo índice y pulgar- ... sólo imagino, veo y escucho. En cierta medida ese límite creo que es lo único que me desanima de estar siempre en este mundo.
Por supuesto ella no le creyó una sola palabra, es decir, no es lógico, no es razonable... ¿quién le creería a un desconocido que se te aparece por la calle y te dice que es Dios? Esa desconfianza se hizo manifiesta en la cara que puso, se rió un poco y lo hizo porque si había algo que le gustaba más que su cara enojada era su cara con una sonrisa en la boca, el ascenso de sus mejillas y el blanco perla de sus dientes reflejando el infinito. Él sabía que ella no le creía porque el no quería que ella le creyera, no tan fácil, quería que fuera más difícil de convencer.
- ¿No me crees? ¿Hace calor no? ¿El sol está insoportable? ¿Te gustaría que fuera de noche? -entonces el chasqueó los dedos, lo cual lo hizo sólo para agregar un toque de actuación al asunto porque era totalmente innecesario, y de repente todo era noche- aún así sigue haciendo bastante calor todavía, ¿y si nevara? a todos les gusta un poco de nieve -acto seguido empezaron a caer copos de nieve, pero no hacía frío ¿qué tan lógico es eso?
Fue en ese preciso instante en que ella lo supo, una lágrima empezó a nacer en su ojo derecho y asomó con saltar de la cornisa de su parpado, había tomo noción de su insignificancia, de su inexistencia.
- No pienses eso -dijo él.
- ¿Qué? -y lo miró mientras la lágrima se suicidaba deslizándose al vacío a la vez que el cuerpo le temblaba en un éxtasis de tristeza y soledad.
- Que no existís. La existencia es relativa, ¿qué hace que el mundo en el que yo siento todo exista más que éste mundo en el que vos lo haces? ¿Por qué ese es más real que este? ¿Quién lo dice? Tal vez todos sean tan reales como el anterior, tal vez haya infinitas realidades, o quizás no haya ningún mundo real en realidad.
Ella sintió aun más furia hirviendo en sus venas, estaba indignada por el lastimoso consuelo ofrecido por el joven y dijo con voz colérica:
- Es muy fácil para vos decir ese discurso para consolarme -se atragantó con su sollozo y siguió- vos no sos el que vive en un mundo imaginado por otra persona que decide todo lo que vos vas a hacer.
El rió, con una risa breve y un tanto sarcástica que extrañó y ofendió mucho a la chica de pelo castaño.
- ¿Qué se te hace tan gracioso?
- Nada... es que... yo ya estuve en tu lugar y dije exactamente lo mismo... yo también me crucé con mi Dios.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: tommy_casla en diciembre 14, 2014, 09:17:53
Che me encantó lo que subiste Pablo! Acá dejo algo que escribí el otro día:



El arte de caminar bajo la lluvia

Miralo. Está ahí y al mismo tiempo no está. ¿Cuánta gente hará lo mismo? Sus ojos inútilmente dirigidos a un profesor que sigue hablando, o hace que habla, la verdad que sería imposible para él discernirlo.

Oscurece sin anochecer. Las nubes poblando cada vez más el cielo hasta envolverlo. Relámpagos y truenos. Luz y sonido. A destiempo: primero uno y después el otro. Previsible.

Él está pendiente de todo ello. Mira las gotas golpear contra el vidrio de ese aula y sonríe con tanta inocencia que da una imagen tensionada entre lo cursi y lo patético. ¿En qué pensará…?

¿Vos decís? Sería lo más lógico: que esté abstraído de la situación, que lo mismo le daría que lloviera o que se incendie el salón. Que esté enamorado… Palabra pomposa que poco tiene que ver con lo que realmente suele suceder. Aunque en este caso, podría ir, ¿no? Pero… ¿los hombres se enamoran? A lo que voy… ¿los hombres pueden mostrarse enamorados sin querer aparentarlo?

Perdón, me estoy yendo por las ramas. Además, yo no creo que sea una mujer la que le saque esa sonrisa idiota que tiene intacta hace varios minutos.

Jajajajaja. No, ¡tonta! No digo que patee para el otro lado. Quiero decir que siento que está disfrutando de esta tormenta cada vez más fuerte. Sí, sé que parece no tener sentido porque en 15 salimos y ni siquiera trajo un paraguas.

Parece una locura pero mirá, quiero mostrarte esto.

Es algo que vine garabateando las últimas semanas. No se lo mostré a nadie antes, me da un poco de cosa lo que puedan pensar. Además me siento una boluda, o me sentía… No sé, te juro que tengo un pálpito, intuición femenina, como dicen. Y tiene que ver con él: me lleva a creer que piensa igual que yo, que puedo mostrarle esto que escribí y va a... digo, al menos, no va a verlo como una idiotez.

En fin, tomá, vos leelo. Pero mejor no me digas nada después. Es más, ni me lo devuelvas, rompelo, quemalo, hacé lo que quieras… pero no dejes que haga esa boludez de dárselo a él cual poema romántico.


El arte de caminar bajo la lluvia

Pocas cosas son tan interesantes como que una tormenta lo agarre a uno caminando por la calle. La mayoría de la gente actúa maquínicamente: sacan sus paraguas, los abren y continúan su caminata como si nada. Pobres, no saben lo que se pierden.

Yo por suerte pertenezco a esos pocos que detestan a esos elementos del demonio que extinguen la posibilidad de recibir placenteras gotas sobre la cabellera. Y sí, lo admito, esbozo una sonrisa con sabor a victoria cada vez que veo cómo el viento hace estragos con uno de ellos.

Nosotros, al descubierto, tenemos que estar sumamente atentos. Es alta la probabilidad de pisar una baldosa engañosa y caer en esa terrible desgracia de empaparse el pie, llegando el agua inclusive hasta la media.

Los descuidos pueden ser terribles. Basta con llegar medio distraído a una esquina para quedar empapado de pies a cabeza, puteando a cuatro vientos al ser la víctima de una de las pocas diversiones de un chofer de colectivos.

Y si estamos llegando tarde… Mayor es la complejidad.

Hay que encontrar el punto justo de la velocidad, haciendo una caminata rápida que resulta muy ridícula a la vista pero que es totalmente preferible a la vergüenza que provocaría patinar y caer al suelo empapado.

Ningún carril de la vereda nos conforma del todo. Para evitar mojarnos –más aún- tratamos de ir pegado a los locales y edificios, aprovechando los techos que encontramos. Hasta que algún borde que sirve de canaleta nos juega una mala pasada y el agua nos cae en los ojos o en la boca. Allí maldecimos, nos “limpiamos” con la manga mojada del buzo y nos mudamos al otro extremo, el que está más pegado a la calle. Seguimos un rato por esa vía hasta que nos damos cuenta de lo empapados que estamos, y buscamos refugio volviendo a la primera elección (como si no solo fuéramos a dejar de mojarnos sino que encima nos secaríamos de inmediato)

Ese proceso se repite varias veces, yendo de lado a lado en un camino sinuoso que se ve más obstaculizado aún por la presencia de los otros.

Seguramente de ahí venga tanto resentimiento. Y cómo para no: vas pegado a las paredes, mendigando techos y viene uno de ellos sosteniendo su “querido” paraguas mirándote fijo con cara de “soñá que me voy a correr”. Y vos no te achicás tampoco, le ponés esa cara de culo que tan bien te sale y te mirás a vos mismo, goteando por todos lados. Finalmente el enemigo termina pasándote pegado a tu hombro, con mirada altiva y con el arma a media altura, cosa de poder encajarte una varilla en el ojo “sin querer”.


Qué cosa che, esto se volvió un manifiesto anti-paraguas. Pero bueno, quién sabe… capaz alguno lea estas líneas y deje caer, avergonzado, el dichoso artefacto para así poder experimentar ese placer –antes oprimido- de caminar bajo la lluvia.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: jaimelema2 en enero 18, 2015, 22:50:59
San Lorenzo de Almagro


En la cuna de calles de tierra
con un sol que bramaba la tarde
diez muchachos, no más, tal vez once
con las ropas de harapo y miseria
correteaban pelotas de trapo
que les cocía a mano
alguna madre buena

Cierta tarde asomado a su sueño
un buen cura, no fue uno de tantos;
les habló y al abrigo del santo
supo amor y pasión albergar
solo una cosa les pedía a cambio
que sus pobres almitas guardasen del mal
y uno a uno, aquellos muchachos
supieron que el cielo guardaba un lugar

“Los forzosos” llamaron al grupo
no por nada, sino por llamar,
por tesón, por la fibra y la garra
por que eran purretes, humildes, no más

Poco a poco ganaron confianza,
gol a gol y de paso un sermón
la virtud en el campo, en la vida
sueño eterno de un gran vencedor

Una tarde, cuando el barrio dormía
El curita, Lorenzo, soñando tal vez
con las manos repletas de gozo
los pintó de azulgrana a los diez

Fue la primera victoria en la cancha
seguirían las otras después;
los purretes que ya eran muchachos
a la idea chica la hicieron crecer

San Lorenzo fue el nombre elegido
de Almagro la savia que lo iluminó
las raíces del sueño, la gloria, la garra
que hizo el linaje del viejo Ciclón

Después fue la cancha, el tablón, la locura
la hinchada que canta con tanto fervor
pasando al olvido cualquiera amargura
te lleva en la sangre, querido campeón

De tu templo sagrado salieron virtuosos
del básquet, el fútbol, patín, natación
industria gloriosa de grandes figuras
que bajo tu amparo gritaron “¡campeón!”

Y luego la vida.. las buenas y malas
ayer alegría, mañana no sé
quedó sola y triste la vieja avenida
que todos los días nos pide volver

Colores del alma, que pintaron sueños
Azul es el cielo y rojo el amor
Seguro algún día, tranquilo y sereno,
junto con mi viejo gritemos un gol
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: azulmarinayroja en octubre 02, 2015, 09:26:44
Me di cuenta de lo mal que yo escribía cuando empecé a leer lo que un amigo comenzó a enviarme. Tras un accidente, e imposibilitado de hacer sus actividades habituales, se reconvirtió y ahora es escritor (según sus propias declaraciones).
Imaginé que al mejorarse me dejaría en paz… pero insiste.
Sus textos son extraños e inconsistentes, aunque él se siente sano y feliz de su nueva actividad.
Yo caí en una profunda depresión post lectúrica.
Pido disculpas a los que perseguí para que me lean y/o publiquen.
La verdad es que no me daba cuenta.
Igual, algunas cosas, capaz que vienen al caso: http://artistinconcluso.blogspot.com.ar/2008/11/amor-de-padre.html (http://artistinconcluso.blogspot.com.ar/2008/11/amor-de-padre.html)
Sepan comprender :-[
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: augusto_casla en octubre 02, 2015, 23:33:29
Subo, es un post que merece estar siempre arriba  :pulgares:
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: azulmarinayroja en noviembre 01, 2015, 20:25:56
Esta publicación degenera de otra en la que me pidieron: "reducir personajes para hacerla viable o conseguir un millonario que se interese en realizarla"
Es un secuestro raro. La víctima: Viggo Mortensen no huye. Lo intenta en tres fallidas ocasiones, es cierto. Pero con poca convicción. La puerta de la biblioteca donde transcurren los hechos no está cerrada desde el principio… simplemente la bibliotecaria le dice: “Usted no se va de acá hasta que aclaremos este asunto”. Y él lo toma de forma literal. El problema de la mujer es que odia a Peter Jackson porque leyó la emblemática saga de Tolkien en su juventud y no está conforme con el éxito que las películas de: “El Sr. De los Anillos” obtuvieron (y que según su criterio tienen un error imperdonable: no está Liam Neeson haciendo de Legolas). Como no logra acceder ni al director que detesta ni al actor que le gusta, lo intercepta a Mortensen que va con su camiseta de San Lorenzo para obligarlo a reescribir el guión. Dejará en claro que puede colaborar o sufrir como el protagonista de: “Misery”. Viggo dice a su amigo Fabián Casas: “me secuestraron” y el otro sin dudar busca a la policía. En cambio él permanece aún sin saber qué hacer, hasta que su propia “captora” le pide que se vaya… y por mala fortuna lo agarra en la calle la barra brava de Huracán... :boluu:
http://artistinconcluso.blogspot.com.ar/2015/10/quien-lo-tiene-viggo-mortensen.html (http://artistinconcluso.blogspot.com.ar/2015/10/quien-lo-tiene-viggo-mortensen.html)
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: slv1991 en noviembre 03, 2015, 23:00:31
"San Lorenzo ya volvió..."

 Es 15 de noviembre, y la ansiedad de los hinchas de San Lorenzo es cada día mayor. El sueño, nuestro gran sueño, está cada día más cerca. Falta una semana, tan solo una semana, para que lo que soñamos hace años se haga realidad: el 22 de noviembre de 2012 (22N para nosotros) la Legislatura Porteña va a votar el Proyecto de Ley de Restitución Histórica que nos va a devolver el lugar del que nunca tendríamos que habernos ido.

 Pero puede ser que hoy no sea un día más. Son las seis de la tarde y estoy en mi casa con mi novia, pero hay algo que hace que no le preste la atención de siempre. Hace horas que por las redes sociales no para de correr un rumor que no puede pasar desapercibido para ningún hincha de San Lorenzo. “¿22N o15N?”, “Atento cuervo, en un par de horas capaz tenés que salir corriendo para el centro”

 Ilusión, nervios, incertidumbre, ansiedad… Hasta que mi viejo viene a mi habitación para decirme que agarre lo que tenga que agarrar y vaya corriendo al auto, que nos vamos a la Legislatura. No, no podíamos quedarnos con la duda. Si había una mínima posibilidad de quese adelantara la votación, ahí teníamos que estar. Agarro el celular, las llaves, me pongo la camiseta, y le agradezco a mi novia por entenderme que “voy a dejarlo todo para ver al Ciclón”, como dice la canción.

 Muchas emociones juntas, tal vez para muchos injustificadas, pero los hinchas de San Lorenzo (y también los que hace años vienen escuchándonos hablar siempre de lo mismo) entendemos muy bien por qué estamos tan excitados y confundidos. ¿Qué significa que hoy se vote la ley? ¿Por qué la votación de una ley hace que esté pensando en largar todo e irme corriendo, como si fuera una final (o más que eso)?

 Es que hace más de 30 años, en 1979, San Lorenzo perdió su verdadera cancha en su lugar de origen: el Gasómetro de Boedo. Hace más de 30 años que la nefasta dictadura, la que se robó 30.000 almas, la que se robó la esperanza y la vida de tantos argentinos,se robó también parte de nuestra Historia, parte de nuestra Identidad. Fue el Brigadier Osvaldo Cacciatore, intendente de facto de la Ciudad de Buenos Aires, quien se encargó de sacar a San Lorenzo de su barrio, quitándole a los vecinos de la ciudad un importante centro social y cultural. Con la excusa de la supuesta necesidad de abrir dos calles que atravesarían al Gasómetro, y de construir en ese terreno una escuela y un complejo de viviendas, se presionó a los dirigentes para malvendérselo a una empresa fantasma que terminaría vendiéndoselo a Carrefour.

 El resto es historia conocida: San Lorenzo se quedó sin cancha y salieron a la luz las verdaderas intenciones del gobierno y de los corruptos dirigentes del club. ¿Se abrieron las calles? ¿Se construyeron las viviendas? Por supuesto que no. Al contrario, se anularon las ordenanzas que hablaban de la apertura de calles y se cambió la zonificación que prohibía la construcción de cualquier tipo de centro comercial. Ya no va a rodar la pelota en ese imponente estadio de futbol, que desde 1916 fue el escenario de grandes equipos azulgranas, y donde también fue local por décadas la Selección. Ya no va a existir ese templo del deporte argentino, donde se practicaba desde básquet y tenis hasta bowling, ajedrez y tiro. Los porteños yano van a tener más ese preciado lugar de reunión, el de la increíble biblioteca y el jardín de infantes debajo de las tribunas, el de los multitudinarios carnavales donde pasaron Sandro, Serrat, Troilo, Olmedo… Nunca más… ¿o sí?

 Es por eso que estamos mi viejo y yo yendo a la Legislatura, hablando de los tantísimos momentos que mi papá vivió con el suyo en el Gasómetro, así como también de las historias que le contaba mi abuelo. Es por eso que estuvimos a la Legislatura en varias ocasiones, cuando fuimos 2.000, 20.000 o 40.000. Y es por eso que ese inolvidable 8 de marzo inundamos la ciudad con nuestros colores, cuando llenamos la Plaza de Mayo con más de 100.000 cuervos para mostrarle al mundoque tenemos que volver a Boedo, que vamosa volver a Boedo.

 Después de un viaje record, digno de una nave espacial más que de un auto, bajamos y corremos a la Legislatura. En el piso hay todavía algunos volantes en contra de nuestra causa, prueba de la movilización que habían protagonizado unos pocos empleados de Carrefour, junto a algunos hinchas de Huracán. Pero los gritos que escuchamos alcanzan para darnos cuenta quiénes van a escribir la historia este 15 de noviembre: “Acá está la Gloriosa Hinchada de SanLorenzo, la que no tuvo cancha y se bancó el descenso…”

 Ya en la puerta de la Legislatura, me separo de mi viejo, que entra al edificio con sus compañeros del medio partidario San Lorenzo TV. En cambio, yo me sumo a los ya cientos hinchas de San Lorenzo que con banderas y cantos llenan de ilusión la noche porteña. “A ver si lo escuchan, a ver si lo entienden, la Vuelta a Boedo la banca la gente”.

 Con el ritmo de una canción de Callejeros, la gente resume por qué está en la Legislatura: “El sueño de volver a Boedo tengo hacemuchos años, al barrio donde un día un milico nos desterró. Por más que elperiodismo no quiera ya lo estamos logrando, volverá tener una cancha la detablón.”

 Con el pasar de los minutos los cientos se convierten en miles. Cada vez va llegando más gente. Por acá un amigo llega corriendo de la facultad, por allá está lleno de señores de traje que volaron del trabajo a la Legislatura. Ahí vienen dos amigas que se levantaron de su asiento del cine apenas se enteraron de la noticia, dejando la película por la mitad, para tomarse el remís más caro de sus vidas. Mientras tanto, escucho que un par de pibes cuentan como dejaron a su equipo con dos menos. “Qué me importa si se enojan, este es el partido más importante de nuestra historia, mirá si iba a faltar”, dice uno de ellos. Basta mirar a mi alrededor para comprobar que el “nunca me voy a separar de vos porque te quiero…y te juro que no voy a parar hasta volver a Boedo” que suena en la calle Perú es más que una simple rima de tablón: es una  promesa hecha canción.

 Entre canción y canción, entre abrazo y abrazo, lo que era un rumor se convierte en noticia. Como dije más arriba, yo tenía un informante de lujo adentro del recinto de la Legislatura, que memandaba mensajes ante cada novedad: “Enun rato se vota, dicen que están Lammens y Tinelli reunidos con loslegisladores. Dicen que si les aseguran que se va a negociar con Carrefour yque los empleados no van a quedar en la calle, aprueban la ley”. La noticia corre de boca en boca. No solo cada vez somos más, también cada vez nos hacemos escuchar más, convencidos de conseguir lo que fuimos a buscar: “Ya lo veo, ya lo veo, esta noche volvemos aBoedo”.

 Lo que empezó siendo una locura del historiador azulgrana Adolfo Res, esa locura que se fue contagiando de cuervo a cuervo, puede dejar de ser más que eso. Las cargadas de las otras hinchadas (“cuervo, ay que tarado, fui a tu canchay me encontré con un mercado”, o el famoso “¿de qué barrio sos San Lorenzo, de qué barrio sos?”) están por quedar atrás.

 Pero la verdad se decidirá puertas adentro. Está en manos de esos cincuenta legisladores que esta utopía se convierta en realidad. Son cincuenta manos que tienen que levantarse, para que los miles de corazones de los que estamos acá afuera se levanten también, para que salten de alegría. Para que millones de corazones recuperen la esperanza, para que millones de cuervos recuperemos nuestra identidad. Cincuenta manos alzadas para que el reclamo sanlorencista sea ley. Cincuenta manos alzadas para que la democracia argentina le meta otro gol a la dictadura genocida, a las multinacionales explotadoras. Ellos saben que esto es más que un reclamo futbolístico, más que un reclamo por la expropiación de un terreno usurpado por un supermercado francés, para construir un estadio de futbol, una escuela, un centro médico, un espacio verde para el vecino. Ellos saben que esto es mucho más, saben que es un grito que sale de nuestro corazón como hinchas de San Lorenzo, pero también de nuestro corazón argentino, de la herida abierta por la dictadura, que todavía sangra. Y mucho. No pedimos misericordia, ni pedimos que nos regalen nada, pedimos justicia. Ellos lo saben, pero nosotros se lo recordamos con un fuerte “le digo al gobierno que nos restituya lo que nos robaron en la dictadura… va a volver, va a volver, San Lorenzo va a volver”.

 Pero cerca de las 23, el silencio se apodera de todos. Adentro, los legisladores están votando la tan ansiada ley. De repente, el silencio termina, con el estallido de felicidad que se escucha desde adentro. La ley dejó de ser un proyecto. La utopía se convirtióen realidad. “San Lorenzo ya volvió, San Lorenzo ya volvió… se lo dedicamos a todos los que preguntaban ¿de qué barrio sos?”

 Entre lágrimas y abrazos interminables, arranca una caravana que se dirige a Avenida La Plata, a la Tierra Santa donde con tanto esfuerzo volvemos. Algún desprevenido que vea tanta caravana, tanto festejo, tantos bocinazos, tantos abrazos y lagrimas,tanto canto y bandera al viento, puede preguntarse, ¿qué pasó? ¿San Lorenzosalió campeón? No… ¡¡¡SAN LORENZO YA VOLVIÓ!!!
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Le6ioN en abril 12, 2016, 01:09:49
La felicidad es solo un parpadeo
Solo una gota de agua
En el eterno mar de la vida
Reir abrazar besar y gozar
Pequeños lujos de la vida cotidiana
Cuanto mas los esperamos
Mas desesperamos

Nadie jamas podrá decirte
Que hacer para obtenerlos
A que dios rezar o que acción realizar
No importa lo que hagas
Se evaporará como una gota de rocio en el desierto
Como una sonrisa forzada
Como mi frio sobre tu frazada

Daria mis ojos
Por evitarte una lagrima
Daria mis manos
Para donarte calor
Daria mis sueños
Para evitarte dolor

Sin embargo no alcanza
No importa que ponga
Nunca se inclina la balanza

Sos la luz de mis ojos
Mientras de mis dias
Van quedando despojos
El tiempo pasa
El dolor queda
Ni siquiera en casa
Salgo de esta veda
La impotencia de que nada sirve
Las estrellas siguen brillando
Pero yo me sigo apagando

Pero lucharé
No importa que pase
Jamas me rendiré
Por mas que vea que no alcance
Volveré a intentar otro lance
Convertiré esos momentos efimeros
En la existencia de mi vida
Así viviran para siempre.







título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: SIMPLEMENTE SAN LORENZO en abril 12, 2016, 02:16:16
No soy muy bueno, pero algunas veces lo intente, aca va uno de San Lorenzo...

Corría la fría madrugada del 13 de agosto con una lentitud desesperante cuando Joaquín decidió bajar a prepararse una taza de té, o simplemente alejarse por un rato de la fuente de insomnio en la que se había convertido su cama los últimos días.

Al llegar al piso de abajo y antes de entrar a la cocina Joaquín vislumbro una sombra junto a la ventana, a punto estuvo de gritar cuando se dio cuenta que le figura era la de su padre, que al igual que él no podía conciliar el sueño.
- ¿Qué haces despierto? – pregunto Joaquín
- Lo mismo que vos supongo – respondió el padre con una tímida sonrisa.
- Me voy a preparar un te viejo, queres uno? – vuelve a preguntar Joaquín
- No gracias, estoy bien – responde el padre en tono cortante.

Una vez preparado el té y revueltas las tres cucharadas de azúcar el nene vuelve donde su viejo y se sienta a su lado. Ya sin poder aguantarlo lo suelta todo:

- Esto se tiene que terminar pa, no aguanto más, no duermo bien, aprieto los dientes, estoy nervioso y susceptible, quiero que para bien o para mal sea mañana a la noche y que Dios y Francisco se encarguen del resto…

Tras pensar unos segundos y meditar que enfoque darle a la situación el padre soltó lo que pensaba:

- Si bien es cierto que nos cuesta dormir, que no podemos pensar en otra cosa, que hasta en cierto punto nuestras vidas no parecen normales, esta sí que es una hermosa presión Joa. No es lo mismo sufrir una final que lo que sufríamos hace 2 años cuando la agonía iba de domingo a domingo para no volver a esa categoría de mierda y vos te debes acordar bien, y eso sin siquiera ponerse a pensar en lo que pasaron tu abuelo y los nuestros en la década del 80, sin cancha, la B Nacional, los 21 años sin salir campeón, San Lorenzo es asi, te deja sin cancha, y despues te regala lo de Rosario en el 95, y ya mucho más aca un papa cuervo con todo lo que eso genero, uno se va poniendo grande y se va dando cuenta de lo increíble que es este club, San Lorenzo no se explica…

Joaquín de pronto interrumpe:
- Pero esa maldita copa nos volvió el centro de las gastadas, nunca voy a entender lo que quiso hacer la dirigencia de turno para venderla así, encima era la primera Libertadores de la historia, la primera papa - (y la voz se iba quebrando de a poco) – si no es ahora cuando va a ser, si no la ganamos no voy a poder ir a la escuela, a la cancha, me voy a agarrar a piñas todo el tiempo, llegue a un punto de que me asusta lo que pueda llegar a pasar hoy…

El viejo escucho atentamente todo lo que el pibe tenía para decir, lo asimilo entendiendo que por ahí la edad de su hijo le hacía ver las cosas desde un punto pasional casi irracional, hasta por su misma cabeza que tenía 35 años más de experiencia que Joaquín pasaban esas cosas, entonces como no iban a pasar por la de un nene de 14 años, y dándose cuenta de lo mucho que los unia San Lorenzo comenzó a largar todo lo que pensaba y se lo tenía atascado:
- Es como la historia de la minita que te busca y está enamorada de vos y no le das bola o no? Y ella aparece varios años después y está totalmente cambiada, esta buenísima y no sabes qué carajo hacer para volver a ganártela… básicamente eso nos paso con esta copa del orto, la despreciamos cuando era una nena y ahora la deseamos más que nada.
Pero sabes qué Joa? Ganar una copa no nos cambia ni nos va a cambiar jamás lo que sentimos por San Lorenzo, porque para nosotros siempre van a ser más importante otras cosas, el barrio perdido que con el esfuerzo de todos los nuestros lo estamos recuperando, el sentido de pertenencia que tenemos, que mientras los giles nos preguntan “de que barrio somos” ellos festejan en el Obelisco y nosotros lo hacemos en San Juan y Boedo, porque mientras que a algunos les construían la cancha el peor Gobierno de facto de la historia de este país nos despojaba de la nuestra, porque mientras me acuerdo de eso no me puedo olvidar que este club se fundó por un buen señor para sacarlos a los pibes de la calle, que les ofreció la canchita de la Iglesia y un juego de camisetas para que jueguen con la única condición de que vayan el domingo a misa, y que años después y por esa misma camiseta un jugador dejo la vida, y si como nos vamos a olvidar del gran Jacobo Urso, “morir por San Lorenzo” no es una simple frase, eso paso y con uno de los mejores jugadores de la época. Sii la historia del viejo y querido San Lorenzo está plagada de hechos históricos y emocionantes, campeones terribles, como el primer campeón invicto, el primer bicampeon, los Matadores, los Carasucias, y hasta los Camboyanos que no cobraban ni tenían agua caliente para bañarse forman parte de esta hermosa historia.
Entonces sabes qué? La próxima vez que alguien te diga que no sos grande por no ganar una Copa míralo, míralo y reite. Tenele lastima pobrecito, no entiende ni va a entender nunca que el amor a un Club va más alla de algo oxidable, porque como dice el tema ser de San Lorenzo “no se explica, se lleva bien adentro””grande por su historia, inmenso por su gente”, algunas de nuestras tantas y tan ciertas frases.
Así que en unas horas que sea lo que tenga que ser, ella sabe que nadie la desea más que nosotros, que nadie la va a querer tanto como nosotros, que ya son demasiados los años que nos hizo esperar, que ya es tiempo que vuelva a quien deseo primero. Yo tengo fe de que es el momento que nos elija, y te puedo asegurar que los 50 mil que tengamos la suerte de estar en la cancha, los 4 millones distribuidos por el mundo, y desde alla arriba mi viejo, tu abuelo, Mirko Sarik, Jacobo Urso, Lorenzo Massa y todos los Cuervos que nos guían desde arriba van a estar de fiesta y gritando “ EL CICLON EL CICLON EL CICLON”, si se da, seguramente será uno de los días más felices de nuestra vida, y si no se da, vamos a llorar, putear, sacarnos la mierda pero mañana… mañana nuestra camiseta de San Lorenzo va a estar lista para ser usada de nuevo, porque la nuestra no se guarda en el cajón hasta que llega el momento de ser campeón, ah no, DE SAN LORENZO SE ES HINCHA SIEMPRE, y siempre con la frente arriba, yendo al frente…

Después de escuchar todo el discurso de su padre y con los ojos llenos de lágrimas Joaquín abrazo a su viejo y le agradeció desde lo más profundo de sus entrañas:
- Gracias por hacerme hincha de San Lorenzo, gracias por el mejor legado que un padre le puede dejar a su hijo

título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: spin en abril 17, 2016, 13:19:47
  Hace varios años escribí un texto en homenaje (que me perdone) a Oscar Masotta, figura emblemática del Psicoanálisis en Argentina, hace algunas décadas. No sé porque pero lo elijo, ahora.  Sepan disculpar.


 “Tenía 49 años. Era un león irreverente.Un convencido.
   Un hapening del Di Tella. Un sordo de los otros.
   Ninguna reverencia. Un cross a la mandíbula”
                                                                                        (Norma Gentili)

Entrar a un templo no siempre es un acto de fe
Conocer los rezos casi es perpetuar una alabanza
Atávicos adoradores de todo poderoso
Merodeando méritos ajenos

Yo que era Nosotros
 leíamos los nombres
como próceres lejanos

Teníamos el sufrimiento
que aún solo intuíamos
la prepotencia joven
y la misma urgencia
de entenderlo

Pero no es mi Historia
Es la suya

Yo puedo asomarme sin vértigo a la escena
Y entender su luminosidad
Y no tramarla quijotesca
Y flamear en el principio

Pero no puedo volar en ese viaje
Aunque tenga las alas
Aunque habite ese  paisaje
Siempre serán otros los nombrados
Pasajeros.

Igual silbo esa arcilla
Igual sueño ese sueño

En Septiembre
Al sur del 2011
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: spin en abril 17, 2016, 13:44:31
 
uuuuuu me emocioné, je. Prometo que es el último que me mando por algún tiempo. DISCULPAME CICLON QUERIDO,ES LO QUE HAY.

 
                  AZULGRANA


“ Vuelve el espacio amplio
            el horizonte más lejos”


  Sobre la hora llegó el empate
 y a los 4 adicionados veíamos incrédulos
 el movimiento inequívoco de todas las redes

 Era el gol

 Salimos después enloquecidos a anunciarle al mundo esa elegía
 Recuerdo las mañanas de a miles por los parques
 Inundando las calles de savia nuestra conocida

 Éramos tan jóvenes en ese triunfo
 Sin orsay
 Llegar jugando
 Dos tres toques cortos y
 el cambio de frente inesperado

 Después también fue la injusticia
 Las tardes pesadas viajando en las derrotas
 Con los  pelos duros del desierto

Yo siempre supe que no importaba la jugada
El 5 el 8 la diagonal y la barrera
No importaba ese turro que pitó siempre en contra
Ni el calor de Febrero allá en la Quema
O el frío de Junio  por la Boca

Yo siempre supe que al final quedaría en pié la única magia que sabemos
La única alegría que tejemos con paciencia de orfebre

 Dos colores
 Titulares en el alma
 Azul y  Grana

 Señores.

 
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Jebus Datolo en mayo 11, 2016, 19:36:55
Cuervos, les dejo una historia azulgrana y el link al blog donde subo mis relatos. Espero les guste  :risacasla: http://palabrasal-viento.blogspot.com/

Hola y adiós

Vivimos en un país que respira, come y bebe fútbol, vive fútbol. Es impresionante ver cómo 90 minutos de 22 tipos tratando de meter una pelota entre tres palos es material para crear canales dedicados en informar 24 hs sobre el tema, discusiones y alegrías, abrazos espontáneos con desconocidos y temas de conversación diarios. También en muchos casos es el generador de vínculos con personas especiales, que nos marcan para toda la vida. Uno de esos es mi caso.
Pablo, mi viejo, me hizo hincha de San Lorenzo. Siempre me contaba historias de Los Matadores, las grandes épocas del Ciclón y también las malas, y luego el resurgir con el ascenso. Pero de lo que siempre hablaba era de El Gasómetro, aquél templo que supo albergar a la Selección Argentina por tanto tiempo, que fue tomado brutalmente por los militares en una de las épocas más oscuras de nuestro país. Cada vez que hablaba de ese último partido, empate en cero ante Boca, se le llenaban los ojos de lágrimas. El 2 de diciembre de 1979 quedaría sellado en el corazón azulgrana, una cicatriz que a día de hoy no termina de sanar. Desde entonces, la epopeya por volver a Boedo, la tierra santa, es emblema de todos los hinchas. Pero en especial de Pablo.
Corría el 2012 cuando participamos de la marcha más grande de la historia del fútbol argentino. El 8 de marzo Plaza de Mayo se tiñó con los colores de San Lorenzo, cien mil personas le mostraron al mundo su pasión y su deseo más grande. Cantos, llantos y abrazos por donde miraras. Mi viejo no me soltaba para no perderme entre la multitud, pero eramos una familia, no había peligro. Ví a San Lorenzo campeón varias veces, pero ese fue el día más feliz de mi vida. Aunque la alegría no dura para siempre.
Dos semanas después, el 21 de marzo, papá tuvo un infarto. Pasamos toda la noche en el hospital preocupados, llorando con mamá y Paula, mi hermana. El viejo se recuperó y volvimos a casa a los dos días, sin embargo ahora tenía que tener más cuidado con las comidas, hacer caminatas diarias, nada de fumar y controlar las emociones fuertes. Emociones fuertes.
Esa temporada el Ciclón peleó el descenso. Si, otra vez, como en el 81. Jugábamos un partido curiosamente infartante ante San Martín, los sanjuaninos. Si ganábamos teníamos que esperar que Banfield perdiera para ir a promoción, si perdíamos nos íbamos derechito a la B. Y empezamos perdiendo. No hubo caso de convencer a papá de quedarse en casa. Que era peligroso, que tenía que descansar, que podíamos verlo por la tele. Cuando le nombramos la tele casi nos manda a la mierda. Fuimos los dos a ver el partido al Nuevo Gasómetro, como cada vez que jugábamos de local. Ese 0-1 era el fin del mundo. 40.000 personas llorando en silencio, alentando a los jugadores. La desgracia duró sólo dos minutos, los dos minutos más largos del mundo. Carlos Bueno marcó la igualdad y el alma nos volvió al cuerpo. Luego llegó el 2-1 y el 3-1 final y a jugar la promoción. Esos dos partidos los vimos más relajados, al menos mi viejo, y eso me dejó tranquilo.
Las siguientes semanas el viejo ayudo a la Subcomisión del Hincha en todo lo que pudo con la vuelta a Boedo. Se hicieron asados, se informó a los socios, hinchas e interesados sobre el proyecto de Ley de Restitución Histórica, que le permitiría al club la posibilidad de negociar con el dichoso supermercado la compra de los terrenos de Avenida La Plata o, en su defecto, expropiar las tierras y agar una indemnización. Todo esto ayudó a que el viejo levantara el ánimo y estuviese más alegre.
Llegó noviembre y con él buenas y malas noticias. Las buenas era que el proyecto de ley avanzaba rápidamente, faltaba poco para la aprobación en la legislatura. El 22 de ese mes sería la votación y con el viejo ya planeábamos ir a la movilización que se estaba organizando. Faltaban once días cuando el viejo tuvo otro infarto.
Llamamos a la ambulancia y lo llevaron rápido a la clínica. Quedó otra vez internado, esta vez en terapia intensiva. Era el 12 de noviembre cuando el médico habló con nosotros, nos dijo que nos preparáramos para lo peor, que sólo era cuestión de tiempo. Mamá y Paula lloraban desconsoladamente. Yo me quedé en silencio con la vista perdida. No entendía que podía llegar a perder a mi papá, a mi viejo, a ese fanático que estaba a tan sólo una semana de ver realidad su sueño.
Los días siguientes nos fuimos turnando para hacerle compañía. Le hablábamos en voz baja para no molestar a los demás. Yo le contaba que estaba todo dado para que aprueben la ley, aunque algunos vecinos de Boedo se quejaban porque no querían un estadio en el barrio. Mamá y Paula le recordaban lo mucho que lo amaban. Pero el viejo no despertaba.
Llegó el 15 y yo me quedaría esa noche con él. Había llevado una radio a escondida, ya que durante el día se rumoreaba que la legislatura porteña trataría el proyecto de ley esa noche y no el 22 como estaba previsto. No sabía si podía pasar o no con la radio, pero por las dudas la oculté. Me puse un auricular y pasaba las estaciones constantemente, buscando alguna emisora que hablara de lo que estaba pasando en capital. Al rato, escuché la noticia que esperaba: habían aprobado la Ley de Restitución Histórica.
-   ¡Volvimos viejo! – le susurré al oído - ¡Volvimos a Boedo!
No recuerdo si esperaba que papá reaccionara ante la noticia o no, pero sí recuerdo que unos segundos después comenzó a sonar el pitido de la máquina que controla su corazón. La enfermera llegó corriendo y me sacó de ahí al instante. Luego entró el médico. Y yo me quedé parado, en el pasillo, sin saber qué hacer.
Ese día volvimos a Boedo, y ese día perdí a mi viejo. Nunca sabré realmente si pudo escuchar la tan ansiada noticia o no. Todas las noches en la cama, antes de ir a dormir, pienso en él. Y con una sonrisa, me gusta creer que sí.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: CuervoLeon en mayo 11, 2016, 19:45:10
Lagrimón cuervo! Me mataste.. Es hermoso y triste a la vez, me despertaste muchas sensaciones! Seguramente muchas menos que las que afloran en vos al releer la historia y recordar los hechos...

Tengo ganas de abrazarte y que lo sienta tu viejo!

Te mando un abrazo a la distancia y muchas gracias por esta gran historia

Espero que ningún cuervo deje de leerla

Ex  xhomeronetx

título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Le6ioN en mayo 14, 2016, 05:45:05
Cuervos, les dejo una historia azulgrana y el link al blog donde subo mis relatos. Espero les guste  :risacasla: http://palabrasal-viento.blogspot.com/

Hola y adiós

Vivimos en un país que respira, come y bebe fútbol, vive fútbol. Es impresionante ver cómo 90 minutos de 22 tipos tratando de meter una pelota entre tres palos es material para crear canales dedicados en informar 24 hs sobre el tema, discusiones y alegrías, abrazos espontáneos con desconocidos y temas de conversación diarios. También en muchos casos es el generador de vínculos con personas especiales, que nos marcan para toda la vida. Uno de esos es mi caso.
Pablo, mi viejo, me hizo hincha de San Lorenzo. Siempre me contaba historias de Los Matadores, las grandes épocas del Ciclón y también las malas, y luego el resurgir con el ascenso. Pero de lo que siempre hablaba era de El Gasómetro, aquél templo que supo albergar a la Selección Argentina por tanto tiempo, que fue tomado brutalmente por los militares en una de las épocas más oscuras de nuestro país. Cada vez que hablaba de ese último partido, empate en cero ante Boca, se le llenaban los ojos de lágrimas. El 2 de diciembre de 1979 quedaría sellado en el corazón azulgrana, una cicatriz que a día de hoy no termina de sanar. Desde entonces, la epopeya por volver a Boedo, la tierra santa, es emblema de todos los hinchas. Pero en especial de Pablo.
Corría el 2012 cuando participamos de la marcha más grande de la historia del fútbol argentino. El 8 de marzo Plaza de Mayo se tiñó con los colores de San Lorenzo, cien mil personas le mostraron al mundo su pasión y su deseo más grande. Cantos, llantos y abrazos por donde miraras. Mi viejo no me soltaba para no perderme entre la multitud, pero eramos una familia, no había peligro. Ví a San Lorenzo campeón varias veces, pero ese fue el día más feliz de mi vida. Aunque la alegría no dura para siempre.
Dos semanas después, el 21 de marzo, papá tuvo un infarto. Pasamos toda la noche en el hospital preocupados, llorando con mamá y Paula, mi hermana. El viejo se recuperó y volvimos a casa a los dos días, sin embargo ahora tenía que tener más cuidado con las comidas, hacer caminatas diarias, nada de fumar y controlar las emociones fuertes. Emociones fuertes.
Esa temporada el Ciclón peleó el descenso. Si, otra vez, como en el 81. Jugábamos un partido curiosamente infartante ante San Martín, los sanjuaninos. Si ganábamos teníamos que esperar que Banfield perdiera para ir a promoción, si perdíamos nos íbamos derechito a la B. Y empezamos perdiendo. No hubo caso de convencer a papá de quedarse en casa. Que era peligroso, que tenía que descansar, que podíamos verlo por la tele. Cuando le nombramos la tele casi nos manda a la mierda. Fuimos los dos a ver el partido al Nuevo Gasómetro, como cada vez que jugábamos de local. Ese 0-1 era el fin del mundo. 40.000 personas llorando en silencio, alentando a los jugadores. La desgracia duró sólo dos minutos, los dos minutos más largos del mundo. Carlos Bueno marcó la igualdad y el alma nos volvió al cuerpo. Luego llegó el 2-1 y el 3-1 final y a jugar la promoción. Esos dos partidos los vimos más relajados, al menos mi viejo, y eso me dejó tranquilo.
Las siguientes semanas el viejo ayudo a la Subcomisión del Hincha en todo lo que pudo con la vuelta a Boedo. Se hicieron asados, se informó a los socios, hinchas e interesados sobre el proyecto de Ley de Restitución Histórica, que le permitiría al club la posibilidad de negociar con el dichoso supermercado la compra de los terrenos de Avenida La Plata o, en su defecto, expropiar las tierras y agar una indemnización. Todo esto ayudó a que el viejo levantara el ánimo y estuviese más alegre.
Llegó noviembre y con él buenas y malas noticias. Las buenas era que el proyecto de ley avanzaba rápidamente, faltaba poco para la aprobación en la legislatura. El 22 de ese mes sería la votación y con el viejo ya planeábamos ir a la movilización que se estaba organizando. Faltaban once días cuando el viejo tuvo otro infarto.
Llamamos a la ambulancia y lo llevaron rápido a la clínica. Quedó otra vez internado, esta vez en terapia intensiva. Era el 12 de noviembre cuando el médico habló con nosotros, nos dijo que nos preparáramos para lo peor, que sólo era cuestión de tiempo. Mamá y Paula lloraban desconsoladamente. Yo me quedé en silencio con la vista perdida. No entendía que podía llegar a perder a mi papá, a mi viejo, a ese fanático que estaba a tan sólo una semana de ver realidad su sueño.
Los días siguientes nos fuimos turnando para hacerle compañía. Le hablábamos en voz baja para no molestar a los demás. Yo le contaba que estaba todo dado para que aprueben la ley, aunque algunos vecinos de Boedo se quejaban porque no querían un estadio en el barrio. Mamá y Paula le recordaban lo mucho que lo amaban. Pero el viejo no despertaba.
Llegó el 15 y yo me quedaría esa noche con él. Había llevado una radio a escondida, ya que durante el día se rumoreaba que la legislatura porteña trataría el proyecto de ley esa noche y no el 22 como estaba previsto. No sabía si podía pasar o no con la radio, pero por las dudas la oculté. Me puse un auricular y pasaba las estaciones constantemente, buscando alguna emisora que hablara de lo que estaba pasando en capital. Al rato, escuché la noticia que esperaba: habían aprobado la Ley de Restitución Histórica.
-   ¡Volvimos viejo! – le susurré al oído - ¡Volvimos a Boedo!
No recuerdo si esperaba que papá reaccionara ante la noticia o no, pero sí recuerdo que unos segundos después comenzó a sonar el pitido de la máquina que controla su corazón. La enfermera llegó corriendo y me sacó de ahí al instante. Luego entró el médico. Y yo me quedé parado, en el pasillo, sin saber qué hacer.
Ese día volvimos a Boedo, y ese día perdí a mi viejo. Nunca sabré realmente si pudo escuchar la tan ansiada noticia o no. Todas las noches en la cama, antes de ir a dormir, pienso en él. Y con una sonrisa, me gusta creer que sí.

Me hiciste lagrimear un sabado a las 6 de la mañana

Seguro que lo escuchó cuervo. Era lo necesitaba para irse en paz
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Jebus Datolo en mayo 21, 2016, 17:21:23
Les dejo el primer párrafo de mi nuevo relato. Pueden leerlo completo en: http://palabrasal-viento.blogspot.com

Todos tenemos mala suerte. Las cosas a veces pasan porque metemos la pata o porque la cagamos en algo. Pero en este caso no. Yo hice todo perfecto, desde el primer minuto me esforcé al máximo, intente mostrarle el camino, enseñarle. Pero no hubo caso: mi propio hijo me traicionó. El pendejo me salió bostero.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: submax4ever en mayo 29, 2016, 00:49:27
Cuervos, les dejo una historia azulgrana y el link al blog donde subo mis relatos. Espero les guste  :risacasla: http://palabrasal-viento.blogspot.com/

Hola y adiós

Vivimos en un país que respira, come y bebe fútbol, vive fútbol. Es impresionante ver cómo 90 minutos de 22 tipos tratando de meter una pelota entre tres palos es material para crear canales dedicados en informar 24 hs sobre el tema, discusiones y alegrías, abrazos espontáneos con desconocidos y temas de conversación diarios. También en muchos casos es el generador de vínculos con personas especiales, que nos marcan para toda la vida. Uno de esos es mi caso.
Pablo, mi viejo, me hizo hincha de San Lorenzo. Siempre me contaba historias de Los Matadores, las grandes épocas del Ciclón y también las malas, y luego el resurgir con el ascenso. Pero de lo que siempre hablaba era de El Gasómetro, aquél templo que supo albergar a la Selección Argentina por tanto tiempo, que fue tomado brutalmente por los militares en una de las épocas más oscuras de nuestro país. Cada vez que hablaba de ese último partido, empate en cero ante Boca, se le llenaban los ojos de lágrimas. El 2 de diciembre de 1979 quedaría sellado en el corazón azulgrana, una cicatriz que a día de hoy no termina de sanar. Desde entonces, la epopeya por volver a Boedo, la tierra santa, es emblema de todos los hinchas. Pero en especial de Pablo.
Corría el 2012 cuando participamos de la marcha más grande de la historia del fútbol argentino. El 8 de marzo Plaza de Mayo se tiñó con los colores de San Lorenzo, cien mil personas le mostraron al mundo su pasión y su deseo más grande. Cantos, llantos y abrazos por donde miraras. Mi viejo no me soltaba para no perderme entre la multitud, pero eramos una familia, no había peligro. Ví a San Lorenzo campeón varias veces, pero ese fue el día más feliz de mi vida. Aunque la alegría no dura para siempre.
Dos semanas después, el 21 de marzo, papá tuvo un infarto. Pasamos toda la noche en el hospital preocupados, llorando con mamá y Paula, mi hermana. El viejo se recuperó y volvimos a casa a los dos días, sin embargo ahora tenía que tener más cuidado con las comidas, hacer caminatas diarias, nada de fumar y controlar las emociones fuertes. Emociones fuertes.
Esa temporada el Ciclón peleó el descenso. Si, otra vez, como en el 81. Jugábamos un partido curiosamente infartante ante San Martín, los sanjuaninos. Si ganábamos teníamos que esperar que Banfield perdiera para ir a promoción, si perdíamos nos íbamos derechito a la B. Y empezamos perdiendo. No hubo caso de convencer a papá de quedarse en casa. Que era peligroso, que tenía que descansar, que podíamos verlo por la tele. Cuando le nombramos la tele casi nos manda a la mierda. Fuimos los dos a ver el partido al Nuevo Gasómetro, como cada vez que jugábamos de local. Ese 0-1 era el fin del mundo. 40.000 personas llorando en silencio, alentando a los jugadores. La desgracia duró sólo dos minutos, los dos minutos más largos del mundo. Carlos Bueno marcó la igualdad y el alma nos volvió al cuerpo. Luego llegó el 2-1 y el 3-1 final y a jugar la promoción. Esos dos partidos los vimos más relajados, al menos mi viejo, y eso me dejó tranquilo.
Las siguientes semanas el viejo ayudo a la Subcomisión del Hincha en todo lo que pudo con la vuelta a Boedo. Se hicieron asados, se informó a los socios, hinchas e interesados sobre el proyecto de Ley de Restitución Histórica, que le permitiría al club la posibilidad de negociar con el dichoso supermercado la compra de los terrenos de Avenida La Plata o, en su defecto, expropiar las tierras y agar una indemnización. Todo esto ayudó a que el viejo levantara el ánimo y estuviese más alegre.
Llegó noviembre y con él buenas y malas noticias. Las buenas era que el proyecto de ley avanzaba rápidamente, faltaba poco para la aprobación en la legislatura. El 22 de ese mes sería la votación y con el viejo ya planeábamos ir a la movilización que se estaba organizando. Faltaban once días cuando el viejo tuvo otro infarto.
Llamamos a la ambulancia y lo llevaron rápido a la clínica. Quedó otra vez internado, esta vez en terapia intensiva. Era el 12 de noviembre cuando el médico habló con nosotros, nos dijo que nos preparáramos para lo peor, que sólo era cuestión de tiempo. Mamá y Paula lloraban desconsoladamente. Yo me quedé en silencio con la vista perdida. No entendía que podía llegar a perder a mi papá, a mi viejo, a ese fanático que estaba a tan sólo una semana de ver realidad su sueño.
Los días siguientes nos fuimos turnando para hacerle compañía. Le hablábamos en voz baja para no molestar a los demás. Yo le contaba que estaba todo dado para que aprueben la ley, aunque algunos vecinos de Boedo se quejaban porque no querían un estadio en el barrio. Mamá y Paula le recordaban lo mucho que lo amaban. Pero el viejo no despertaba.
Llegó el 15 y yo me quedaría esa noche con él. Había llevado una radio a escondida, ya que durante el día se rumoreaba que la legislatura porteña trataría el proyecto de ley esa noche y no el 22 como estaba previsto. No sabía si podía pasar o no con la radio, pero por las dudas la oculté. Me puse un auricular y pasaba las estaciones constantemente, buscando alguna emisora que hablara de lo que estaba pasando en capital. Al rato, escuché la noticia que esperaba: habían aprobado la Ley de Restitución Histórica.
-   ¡Volvimos viejo! – le susurré al oído - ¡Volvimos a Boedo!
No recuerdo si esperaba que papá reaccionara ante la noticia o no, pero sí recuerdo que unos segundos después comenzó a sonar el pitido de la máquina que controla su corazón. La enfermera llegó corriendo y me sacó de ahí al instante. Luego entró el médico. Y yo me quedé parado, en el pasillo, sin saber qué hacer.
Ese día volvimos a Boedo, y ese día perdí a mi viejo. Nunca sabré realmente si pudo escuchar la tan ansiada noticia o no. Todas las noches en la cama, antes de ir a dormir, pienso en él. Y con una sonrisa, me gusta creer que sí.

Me hiciste llorar la concha tuya.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: tommy_casla en julio 30, 2016, 15:44:51
Estación terminal

La cabeza se le fue inclinando hasta quedar apoyada contra la ventana sucia o empañada o ambas cosas. Abrazó su mochila apretándola fuertemente contra su vientre. No pudo discernir si tenía frío o calor. Por si acaso se dejó puestos los abrigos, aunque se bajó el cierre del cuello de la campera y se desencapuchó. Con los auriculares puestos, simplemente tuvo que darle play a la última reproducción.

No le preocupaba quedarse dormido, fundamentalmente, por dos razones. Primero,  porque el sueño no fue nunca muy amistoso con él. La relación era tan chocante a tal punto que había noches en la semana que se acostaba muerto de sueño y quedaba horas mirando el techo. O la clásica de los fines de semana en las que podía dormir hasta el mediodía o más. Sin molestas alarmas chillando “levantate – andá a trabajar – no llegues tarde – te van a romper las bolas – no llegues tarde – te van a rajar”. Claro, podía… pero las ganas de mear o algún sueño inquietante (del que sólo conservaba la inquietud mas no el recuerdo) lo levantaban de la cama. Y así volvía a acostarse, desganado, desvelando, mirando el celular derrotado para revisar un reloj por compromiso.

El sueño resulta complicado aún a la hora de hablar de él. Mirá cómo será que perdí totalmente el hilo de la narración. Creo que estaba en… sí… eso. Estaba en lo de “primero…” (enumerando vaya a saber qué) y me colgué. Pero bueno, indefectiblemente debe venir –al menos- un “segundo…” o algún término que ocupe ese lugar. De lo contrario estaría haciendo abuso de la confianza del pobre tipo que intenta seguir con atención este relato. En qué problema lo estaría metiendo si lo que debiera pasar no pasa. En fin. Punto. Segundo, decía. Él está ahí, acurrucado en el asiento del vagón porque no le preocupa caer en el letargo del sueño. Si se diera ese milagroso acto tampoco sería un problema. El no va a pasarse de largo. Va a llegar a su destino sí o sí porque es la estación terminal. El fin del recorrido. No hay nada después.

Una sacudida lo desacomoda de su comodidad. Se afianza sobre el asiento, la espalda erguida contra el respaldo. Intenta divisar por la ventana dónde está, pero no ve un carajo. Sólo una oscura pared, interrumpida por efímeros y simétricos instantes de luz –de emergencia-. Desiste en su tarea. Mira el reloj para calcular cuánto falta, en cuánto debería llegar. Pero tampoco lo logra. Aún peor, se da cuenta que ni siquiera recuerda a qué hora tiene que entrar al laburo, ni a qué hora salió de la casa de su novia. Empieza a pensar que algo no anda bien. Si tan sólo encontrara alguna pista, algo en qué sustanciar su intuición. Pero nada, el resto del vagón inmutable. Cada persona sumergida en su propio mundo: ¿cómo podrían notar algo si quiera? Cada par de ojos sumido en un celular, un libro, unos párpados.

Intentó hacer lo mismo. Encerrarse. Regresar a ese estado anterior en que se encontraba hace un momento. Pero era imposible. Ya no podría. Estaba inquieto, malhumorado, todo lo molestaba. Sobre todo esa banda, ese disco. Era como si hubiese estado sonando una vida entera. Y aún así no podía cambiar, porque cada tema le producía una curiosa y extraña novedad. Se volvió contra la ventana. Ahora estaba decididamente más empañada que sucia. Con el revés de la mano cerrada despejó el vidrio. Seguía la misma visión anterior. Idéntica. Eso lo enfureció. Decidió no moverse hasta llegar a la próxima estación. Y ahí bajaría, sin importar cuál fuera.

http://lapapeleradereciclaje.blogspot.com.ar
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Jackal en febrero 05, 2017, 04:24:43
Arriba el post.
Leí mucho acá, y como prefiero no citar para no dejar a nadie de lado, les digo que me hace mas que bien leer tantos escritores, ya no anónimos por que han publicado acá ya, así que para todos, un abrazo.

título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: tommy_casla en febrero 05, 2017, 11:40:43
Que bueno que hayas subido el post Jackal. Últimamente ando a mil y me cuesta hacerme un rato para escribir pero trato de no perder la costumbre. Acá dejo lo último que pude esbozar:


Envoltorios


Miguel seguía debatiéndose con el atado de puchos sin abrir sobre la mano. Cubriendo con sus dedos el envoltorio. El paquete por debajo, guareciendo nicotina y tabaco enrollados en papeles. Extendiendo ahora la palma. Sopesándolo. Todavía en busca de ese dichoso punto de inflexión. Ese hito que ya había detectado sin querer, sobre el que se había detenido más de una vez en esa expedición introspectiva. Pero no podía ser. La cabeza no puede funcionar así. Semejante transformación no puede salir de tal boludez. Debía haber algo mayor. Más metido en el inconsciente y sobre el que un psicoanalista podría dar mejores explicaciones. Tampoco eso podía notarlo, aunque daba vueltas en su cabeza.

Mientras tanto su mano izquierda se sostenía firme en el aire. Como si buscara tantear ciegamente en medio de esos oscuros recovecos de la memoria.  Necesariamente libre para poder despejar cualquier maleza que fuera apareciéndose en su camino. La derecha, en cambio, había desarrollado cierta autonomía respecto del resto del cuerpo. Haciendo gala de ello, ya había destrozado el nylon, abierto la caja y sacado un cigarrillo. Todo en un movimiento que no por mecánico iba a perder su cuota de belleza.

Una vez que tuvo el cigarrillo apretado entre los labios, pudo reparar en esa secuencia. Ahora que, desnuda, esa mano se camuflaba sobre la otra cortándole una piel salida. Había sido algo efímero (aunque nunca lo suficiente para él). Había practicado el movimiento una infinidad de veces. Decenas de paquetes abiertos sin fumar. Con el único fin de lograr eso: esa mecanicidad como condición para aparentar naturalidad. Evitar cualquier paso en falso que demostrara que sólo tenía ese paquete de Marlboro en el bolsillo para cuando...

No, no. Eso había sido después. También debió influir, claro. Pero no más que esa pieza de dominó que recibe su carga por la espalda y no puede hacer más que repetir esa fuerza hacia adelante. El golpe inicial. Eso buscaba él. Esa mano que inicia todo con sólo mover suavemente el dedo índice. Ya no sabía ni para qué (si es que había una razón) pero debía encontrarlo. Sacó el Bic negro del bolsillo y le dio fuego al pucho. Una serie de pitadas y lo retiró con la mano derecha que ahora le facilitaba el encendedor a la izquierda. Aunque él no podía dejar pasar por alto esa nada inocente ofrenda. Le significó un fuerte regaño con la mirada a la cínica mano que se burlaba de las tinieblas en que ellos habían quedado sumergidos.

Una negritud peor que la de ese pobre objeto que había quedado metido en un embrollo que no le correspondía. Un par de pitadas más y junto al humo iban esfumándose también sus ganas de pensar. El encendedor jugueteaba entre los dedos izquierdos cuya inocencia podía ser confundida con idiotez. Un desliz lo hizo patinar y estrellarse contra el suelo.

Un estruendo fuerte, metálico, familiar.

Los ojos de Miguel se abrieron como nunca. El sonido del golpe fue la alarma que lo despertara del letargo. Una simultánea mezcla de sensaciones que se cristalizaba en una imagen suya. Hace varios años...

Era la misma caída. Esa misma torpeza. Era la vergüenza. Su rostro rojo. Y ahora sí, nuevas imágenes, nítidas, reales. Una línea de tiempo que se resquebrajaba mediante saltos discontinuos, brincos de alegría. Se ahogaba con su propio humo y las toses tenían justo a carcajadas. Un pasado anterior. Debía serlo. Aunque parecía distorsionado. Él no tenía esa barba entonces. Y esa panza tampoco, ni siquiera ahora aún. Una sombra. No. Una persona. Tal vez. Algo difuso que contrastaba con la transparencia del resto. Un rostro iba aclarándose hasta verse una mujer. No. Varias mujeres. Y todas una. Una pregunta. “Disculpa, ¿tenés fuego?”

El “no” como respuesta. Constante. La vergüenza. Injustificable. Pero real. No podía ocurrir más. No iba a ocurrir más. Una decisión tomada. Siempre encima. Y ahí si. Una nueva respuesta. “Sí, tomá.” Pero alguna desconfianza. Esperable. Posible. El miedo ante una nueva pregunta. El “no fumo” como peor respuesta posible. Latente. Más preguntas irrespondibles. Y ahí con las manos temblorosas, tendiendo ese objeto tan preciado...

Un estruendo. Fuerte. Metálico. Familiar.


La vergüenza.

Seguía comprando la misma cantidad de paquetes que terminaban en el mismo tacho de basura. Pero los cigarrillos ya no morían ahí. Tampoco en otras manos distintas con gesto idéntico.

Era esa la vergüenza.

Tiró la colilla junto al encendedor que todavía seguía en el piso. Se miró las manos. Improvisó una sonrisa amarillenta. Nunca había tenido las uñas tan largas.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: DarkSL1908 en febrero 05, 2017, 13:07:06
la puta madre, me siento choto escribiendo ahora.

yo no escribo asi, escribo como se diria? a lo bucay?

dejo algo y me dicen que les parece:


"No tomes algo para dormir. Toma algo para olvidar. Dejo un herida sin cicatrizar"


"Cuando el corazón atraviesa a la mente, es difícil, volver a creer"


"Hay que encontrar la Paz, antes que la eternidad"

"No es malo irse a dormir Llorando.
Malo seria levantarse y No hacerlo Sonriendo!
Un dia nuevo, es una chance nueva!"


"aprendi que no siempre es porque falte algo!
Sino porque a veces necesitamos eso!
No confundamos al corazón, gritando con la mente.
Hay que divertirse, pero que nadie salga herido"


______________


A veces escribo textos largos, pero no se...un dia publicare alguno. por ahora, solo hago autoayuda, por todas las malas cosas que ando pasando.


título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Pablo en febrero 05, 2017, 13:15:51
La primera historia de una serie de crónicas en base a un mundo futurista y distópico en el que luego de la llamada "La Última Gran Guerra" el planeta quedó devastado y las grandes empresas tomaron el control político del mundo. En este mundo se rinde culto a la belleza con altísimo estándares de cómo lucir y los artículos a consumir para estar a la moda, incluso estar "fuera de moda" es ilegal ya que se plantea que los errores del Viejo Mundo fueron por culpa de la fealdad de las personas. Dejo esa introducción para que se entienda un poco la idea:

I

Ya era medianoche cuando la lluvia comenzó a aminar, los últimos vestigios de las grises nubes se alejaban arrastrándose como caracoles dejando entrever una fuerte, grande y radiante luna, redonda como una gigantesca horma de queso flotando en medio de un cielo estrellado.
Chandler cruzó la calle esquivando los pequeños charcos que amenazaban con manchar las zapatillas que se había comprado en el día de ayer por la tarde, era el último modelo que se había anunciado por el cosmovisor, estaban hechas con cuero de canguro o algo así, cualquiera creería que los canguros ya estarían extintos pero no, cordones de seda artificial, talonera alta, las había disponibles en cuatro colores: blanco con tiras negras, negras con tiras rojas, verde con tiras plateadas y amarillas con tiras fucsia. No entendía por qué hacían las amarillas ¿quién diablos usaría unas zapatillas amarillas con tiras fucsia? Nadie las había comprado, los stocks de los negocios estabas atestados de zapatillas amarillas con tiras fucsia, nunca nadie las usaría, jamás verían la luz del día.
Mientras ponía el pie en la vereda recordó cuando compró las suyas:
Estaba merendando una barra de cereal cuando la sirena del cosmovisor se anunció, tres segundos después apareció Roy Stillman flotando como un espectro fantasmagórico frente a los atentos ojos de Chandler, Roy estaba de perfil corriendo por una playa con el mar de fondo, un cielo tan celeste como sus ojos y un Sol grande y anaranjado que hacía recordar a esas pelotas de fútbol que se usan cuando nieva, claro que el último partido de fútbol se había jugado hacía ya cientos de años. El ambiente estaba encantado con el sonido arrullador del mar y los graznidos de las gaviotas surcando los cielos. De repente Roy se detuvo y lo enfocó un primer plano que permitía verle el sudor deslizándose desde su frente hasta su pómulo para descansar unos segundos en su barbilla antes de suicidarse lanzándose al vacío. Sus pupilas eran oscuras, pequeñas e hipnotizantes, cada una parecía una solitaria isla en medio de un infinito océano de agua pura y cristalina.
Roy miró fijamente la cámara y dijo:
- ¿No están hartos de esas zapatillas con talonera baja? Es decir, ¿qué es esto? ¿La edad de piedra? Mi abuelo usaba zapatillas con talonera baja y ¿saben qué? él ya está muerto.
Chandler bajó su mirada, extendió un pie y vio unas zapatillas verdes relucientes, la suela aún estaba casi blanca, pero la ira se apoderó de él cuando vio que sus tobillos estaban a la vista. Su mirada como relámpago volvió a clavarse en el cosmovisor.
- Es por eso que yo uso las nuevas Adike °360, su talonera alta protege mis tobillos como si estuviesen resguardados en un bunker antibombas y su diseño ergonómico permite que las plantas de los pies descansen como si estuvieran caminando sobre nubes, si el cielo existe los ángeles deben usar Adike °360 y sino deberían.
Entonces el primer plano fue para sus pies talla 43, 29 centímetros envueltos en blanco cuero de canguro (si, era cuero de canguro) luego la cámara volvió a tomar un primer plano de la cara de Roy, su frente ya estaba seca, y con una sonrisa con dientes perfectos y blancos como perla dijo:
-Usa las Adike °360. Sé original, estate a la moda.
Acto seguido el cosmovisor se apagó, cuando esto pasó Chandler ya estaba de pie y apenas el holograma desapareció se dirigió hacia su mesada, abrió el cajón y tomó el único objeto que había dentro, una tarjeta. La tenía allí, siempre preparada, para ahorrar tiempo, él sabía que en cuestión de minutos la sucursal de Adike dentro del Centro Comercial estaría colmada como playa en verano. No podía permitírselo.
Bajó las escaleras corriendo, vivía solo en un quinto piso y el ascensor podía estar en el piso treinta y dos o tal vez más, no podía arriesgarse a perder ese valioso tiempo, si bajaba corriendo y tomaba su bimotor llegaría en cuestión de pocos minutos. Luego lo pensó de nuevo a la vez que bajaba las escaleras como si el edificio estuviera en llamas y la gente de arriba estuviera gritando por el dolor de sus cuerpos calcinándose. Por un momento le pareció escuchar los agónicos gritos.
 
No por favor, no te vayas, vuelve, mis hijos... mis hijos se están volviendo carbón, ayúdanos, ayúdame.

Luego entró en razón, a por lo importante.
-Las calles a ésta altura ya estarán atestadas - pensó. Correr era una mejor idea, si, iba a correr, en la práctica tardaría menos.
Apenas cruzó el umbral de la entrada a su edificio puso quinta velocidad y se dijo a si mismo en su mente.
- Es culpa de estas zapatillas, si tuviera las Adike °360 correría más rápido, me cansaría menos, mis talones estarían más seguros, son ergómicas o algo así.
Era rápido, muy rápido, dejaba atrás a la gente que caminaba por la vereda.
- Pobres ilusos, tontos, fracasados. Ellos no saben, no estaban en sus casas, no vieron el cosmovisor, no saben. Anticuados, casi siento lástima por ellos, el ridículo que pasarán.
Vió a otras personas que también estaban corriendo pero no tan rápido como el así que los dejó atrás, otros que estaban caminando se sumaban a la carrera al ver que alguien corriendo los pasaba, no sabían con exactitud por qué tenían que correr, pero lo intuían, era ya algo bastante habitual, cada vez más. También quedaban atrás.
Su remera aporada estaba empapada en sudor, no debía ser así, el comercial había prometido nada de sudor con esa remera, de seguro no era sudor, lo más probable es que haya habido una leve llovizna que no percibió, eso tenía más lógica, ellos habían prometido que no habría sudor. Su ritmo cardíaco estaba en frecuencia máxima. La frecuencia cardíaca de un hombre es, aproximadamente, 220 menos la edad del sujeto. Cuando nos exigimos la frecuencia cardíaca aumenta a la vez que aumenta la demanda de oxígeno, cuando nos seguimos exigiendo el corazón se rinde y entra en una meseta, no importa cuanto sigas corriendo no latirá más que eso, en la práctica nada se proyecta hacia el infinito.
Corrió las seis cuadras casi con marca de velocista hasta llegar al Centro Comercial entró y se detuvo, jadeaba, todo el aire del mundo era insuficiente a sus ojos, o para sus pulmones en realidad, giró el cuello hacia la izquierda.
Demasiado tarde, por lo menos trescientas personas estarían a la moda antes que él, la mediocridad de un fracasado.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: betoeltano en febrero 27, 2017, 18:45:31
San Lorenzo de Almagro


En la cuna de calles de tierra
con un sol que bramaba la tarde
diez muchachos, no más, tal vez once
con las ropas de harapo y miseria
correteaban pelotas de trapo
que les cocía a mano
alguna madre buena

Cierta tarde asomado a su sueño
un buen cura, no fue uno de tantos;
les habló y al abrigo del santo
supo amor y pasión albergar
solo una cosa les pedía a cambio
que sus pobres almitas guardasen del mal
y uno a uno, aquellos muchachos
supieron que el cielo guardaba un lugar

“Los forzosos” llamaron al grupo
no por nada, sino por llamar,
por tesón, por la fibra y la garra
por que eran purretes, humildes, no más

Poco a poco ganaron confianza,
gol a gol y de paso un sermón
la virtud en el campo, en la vida
sueño eterno de un gran vencedor

Una tarde, cuando el barrio dormía
El curita, Lorenzo, soñando tal vez
con las manos repletas de gozo
los pintó de azulgrana a los diez

Fue la primera victoria en la cancha
seguirían las otras después;
los purretes que ya eran muchachos
a la idea chica la hicieron crecer

San Lorenzo fue el nombre elegido
de Almagro la savia que lo iluminó
las raíces del sueño, la gloria, la garra
que hizo el linaje del viejo Ciclón

Después fue la cancha, el tablón, la locura
la hinchada que canta con tanto fervor
pasando al olvido cualquiera amargura
te lleva en la sangre, querido campeón

De tu templo sagrado salieron virtuosos
del básquet, el fútbol, patín, natación
industria gloriosa de grandes figuras
que bajo tu amparo gritaron “¡campeón!”

Y luego la vida.. las buenas y malas
ayer alegría, mañana no sé
quedó sola y triste la vieja avenida
que todos los días nos pide volver

Colores del alma, que pintaron sueños
Azul es el cielo y rojo el amor
Seguro algún día, tranquilo y sereno,
junto con mi viejo gritemos un gol

Me gusta.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: betoeltano en febrero 27, 2017, 18:48:54
Bueno.
Lo mío, que ya publiqué aquí, es medio tanguero, pero también está SL.
Tuve el honor que un amigo lo leyó en la casa del vitalicio.
Boedo

La editorial Claridad ilumina la ciudad
desde una avenida de Buenos Aires,
donde, bajo la luz de los faroles,
está Clara Beter,
esperando pasiones efímeras,
poetas y escritores enamorados de ella,
una quimera inexistente,
diosa del pueblo,
al mismo tiempo mito y realidad.

Boedo es una cancha de fútbol
de tablones vivos y crujientes,
su equipo el alma de ese pueblo,
alguna vez desterrado a una cancha de nadie.
Su vuelta al barrio es un sueño cumplido,
otro una copa escurridiza
buscada como si fuera la última.

Boedo es una música triste,
cantores desvelados en milongas,
un instrumento que vive con el aire,
gente que baila un carnaval,
Homero Manzi buscando
el lado oscuro de la ciudad.

Boedo es su gente,
jubilados jugando al truco,
mujeres que charlan en una tienda,
parejas que vuelven a su casa
bajo la luna que vio Álvaro Yunque,
obreros retratados por Adolfo Bellocq
y chicos que salen temprano.

Boedo es barrio,
historia de Buenos Aires,
cantores y escritores la narramos,
¡que no sean cuatro hijos de puta
los que borren esta identidad!
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: betoeltano en febrero 27, 2017, 18:51:22
Y éste es un cuento sobre un arquero de provincia.
Donde el fútbol se vuelve cosa de personas de verdad.

El 1

El sol de la 4 de la tarde pegaba fuerte en su cabeza. No había nada de sombra en esa pequeña cancha. El público se amontonaba en la tribuna situada a lado de la banda lateral, presionando a los equipos y al referí.
El partido parecía fácil. Necesitaban los tres puntos para seguir con la ilusión del ascenso y el equipo rival no se presentaba en su mejor momento.
A él, Ángel, el experto arquero del equipo local, no le gustaban estos partidos. Poca participación y mucha responsabilidad. Observaba como sus compañeros desperdiciaban una y otra oportunidad de gol.
Primero fue el Cebolla, quien recién comenzado el partido había enviado al cielo un centro perfecto de Juanito. Luego otros goles fueron errados por el mismo Juanito, otros por el Cebolla y por el tanque Rodríguez, el centrodelantero.
Ahora, ya a mitad del segundo tiempo, la hinchada empezaba a murmurar. La tensión crecía con el pasar de los minutos. Ángel empezó a sentir envidia del arquero contrario. Él no tenía tiempo para pensar, para ponerse nervioso. Toda la tarde la había transcurrido ordenando la defensa, descolgando centros, discutiendo con el referí. Ángel llegó incluso a envidiarle la tarjeta amarilla que el árbitro le mostró por retrasar el juego.
La gente le gritaba “amargo, te conformás con el cero”, pero por lo menos lo miraban; el arquero rival estaba en el centro de la atención. Hasta su hijo Mario de 8 años, público de todos los domingos, se desinteresaba de Ángel.
Al minuto 88, el arquero rival logró sacar un tiro libre de Cebolla del ángulo derecho de su arco y ya pintaba como el héroe de la tarde. Ángel miró a su hijo y fue sorprendido por su expresión admirada.
En ese momento tomó su resolución. Esa tarde, él, Ángel Ramírez, de 35 años, arquero conocido y respetado por todos en el torneo Argentino B, iba a cumplir su sueño. Esperó hasta el minuto 91, en tiempo de descuento.
Su equipo seguía atacando, presionando, pero sin contundencia. Él referí acababa de asignarle un lateral derecho en ataque. Ángel lo hizo, después de 16 años de honorada carrera, lo hizo. Salió corriendo del arco y cruzó la cancha, veloz como un pibe de 17 años.
La hinchada lo miraba asombrada. Él técnico estaba enloquecido:
-   ¿Qué hacés, Ángel? Volvé, la pelota está en juego. ¡Volvé!
Sin embargo, Ángel seguía acercándose al área. Sentía que estaba aproximándose a la oportunidad de su vida, a su desquite. Al fin algo de gloria para él, que había dado vuelta a medio país sin nunca lograr llegar a jugar en primera. Para él, que a sus 35 años era un simple laburante de la pelota… Y seguía acercándose.
En la jugada hubo un rebote. La pelota, que había salido del área rival volando por el aire, estaba cayendo cerca de Ángel. Era lo que estaba buscando. La miró detenidamente, cargó la zurda y le pegó. El esférico salió como una bala de cañón a ras del piso, recorrió los 25 metros que lo separaban del arco rival y se metió inexorablemente en el ángulo derecho.
Lo había logrado. Al fin el grito de gol era para él. El grito de gol que siempre había vivido de lejos, mirando la celebración de los demás, sin ni siquiera una mirada para él. El grito de gol que tanta veces había sufrido en su contra y que lo había hecho sentir tan responsable de las derrotas y tan poco de los triunfos.
Sabía que su técnico nunca le perdonaría esa locura. Sin embargo, su equipo había ganado y había valido la pena. Había valido la pena correr hacia su hijo, ver a Mario feliz gritando con las lágrimas en los ojos, sentir el aplauso y el canto de la hinchada.
Esa misma tarde, después del partido, el técnico lo convocó y le dijo:
-   Ángel, sabés muy bien que no puedo perdonarte esta locura. Igual, gracias. Ahora podés retirarte sin remordimientos.
Ángel se despidió de sus compañeros el martes después del partido pensando que nunca más en su vida volvería a pisar una cancha de fútbol.
Pasaron las fechas y el equipo llegó al partido final para lograr el ansiado ascenso. Justo en el último partido antes de la final, el nuevo arquero titular, "el rebotero" Toni, se había lesionado el hombro.
Ángel, que nunca había abandonado a su equipo, convirtiéndose en maestro de los arqueros juveniles, vio llegar al director técnico de lejos, mientras recogía pacientemente los balones desparramados por el pasto.
-   Hola Ángel. Te necesitamos.
-   Tienen a Mario.
-   Es muy inexperto y es una final. Además, te la debo. Si llegamos fue por tu locura.
-   Era lo último que iba a hacer en una cancha de fútbol. Parece que hay algo más.
-   Sí. Pero esta vez me mantenés los pies clavados en el área. Nos vemos mañana por la tarde.
Ángel puso todos los balones en la red, los cargó en sus hombros y se alejó sin mirar atrás.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: chinodeboedo en septiembre 20, 2019, 16:20:33
Hola cuervxs,

yo escribo también hace un par de años. Quiero decir que hace un par de años voy a talleres de escritura. Pero ahí por ahora no salieron relatos futboleros.
Antes de eso un par de veces escribí textos muy breves que tienen que ver con el Ciclón. Las dos veces en la previa de instancias cruciales de nuestra historia.
Había escrito otro que me gustaba mucho y lo perdí. Ese no tenía relación con ningún partido, pero contaba una tarde que mi viejo me llevó al Gasómetro de Avenida La Plata un día semana y nos metimos en el vestuario local, vacío. Después de un rato subimos la escalera del túnel y salimos al campo de juego, lo recorrimos juntos. Recuerdo imborrable que tal vez algún día vuelva a escribir.
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: chinodeboedo en septiembre 20, 2019, 16:26:16
Tengo - escrito el 22 de junio de 2012


Tengo el muñequito de un jugador de San Lorenzo, esos tipo de torta de cuando éramos chicos, parado en mi escritorio desde hace un par de años.
Tengo una medallita por haber corrido la maratón de Boedo en el bolsillo derecho de mi pantalón, y otra de bronce, grande y con escudo en colores, colgada de la ventana.
Tengo fotos de los Matadores pegadas con un imán y medio tapadas por dibujos de mis hijas.
Tengo una colección de camisetas del Ciclón de distintas épocas, y muchas azules y rojas de otros equipos del mundo.
Tengo bufanda y gorritos de cancha que ya son vintage.
Tengo un banderín arrugado y una bandera deshilachada en la cual el azul va virando al violeta, año tras año.
Tengo un pedazo de tablón del Viejo Gasómetro
Tengo bien guardado en el archivo mental algunos retazos de infancia: canchas de madera, el olor de las pelotas de cuero, pantaloncito bicolor, indestructibles camisetas de piqué.
Tengo la garganta rota de gritar tus goles y los mil insomnios de la derrota.
Tengo el escalofrío de una tarde de agosto de 1981 como fecha de nacimiento de mi fidelidad.
Tengo las inevitables historias de cancha, con mi viejo, mi hermano, mi abuelo, los amigos de la vida y con esos cuervos que te hermanás durante 90 minutos y nunca más volvés a ver.
Tengo una hija declarada hincha de San Lorenzo sin que yo haga nada, desde chiquita se ponía mis camisetas que le quedaban como vestidos, y se paseaba por la casa con la 10 en la espalda.
Tengo la ilusión desmedida de volver a Boedo.
Tengo un remolino en la panza, miedo,  ansiedad y una tremenda necesidad de desahogo.
Tengo bronca por todo el mal que te hicieron, desde adentro y desde afuera.
Tengo la necesidad de decirte que estás vivo, aunque muchos ya te estén cavando la fosa.
Tengo la loca sensación de que el domingo se escribe una nueva página de tu vieja historia, una de esas tardes épicas que cada tanto sabés regalarnos.
Y si en el peor de los casos, la cosa se pone muy negra, te tengo a vos, San Lorenzo de Almagro,  clavado en el centro de mi corazón.
                                                               

                                                                             
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: chinodeboedo en septiembre 20, 2019, 16:33:30
Este tiene algún pasaje un poquito críptico, pero son sólo un par de renglones.


Es hoy.
Vení, mirá lo que es esto. Vení, ya se que no entra nadie mas, pero asomate sobre mi hombro, espiá de a pedacitos que así es mas lindo. Como cuando era chico y vos me alzabas para ver los jugadores, y por un ratito me sacabas de ese mar de nucas y espaldas que me tapaban. Vení abuelo, acompañame, déjame que hoy yo te muestre a vos hasta donde llegamos, hasta donde creció la semilla futbolera que me diste a cuidar.
No te asustes por el estruendo, ya se que en tu época esto no era así. No, abuelo, no salió el equipo todavía, falta como hora y media. Lo que suena, esa bomba que estalla,  es el latido, la fiebre, el estómago,  de un pueblo enamorado de los imposibles. Es el llamado ancestral, el graznido feroz que une a todos los cuervos del mundo en un solo grito que se desparrama por los barrios y por el mundo.
Es hoy.
Lo sabemos bien. Y por eso el miedo, los nervios, el estudio minucioso de cada señal que podamos percibir en el ambiente, en los rostros. Por eso la repetición maníaca de las supersticiones. Por eso el morderse los labios para no hablar del inmediato después del partido, por pura precaución.
Es hoy Florentino.
Todo lo que le enseñaste a mi viejo y al tío Bocha, que mirá que increíble, justo hoy después de tanto tiempo, justo hoy, están viajando juntos por algún lugar de Estados Unidos, y seguro, pero seguro se les estruje el corazón cuando vean la azulgrana desde lejos,  ya que mas que nada se encontraron para recordarte, aunque ni ellos lo sepan. Todo eso que transmitiste, me llegó en perfecto estado de la mano del viejo. Juntos atravesamos los rituales de la pertenencia, el bautismo del tablón y los colores, el mayor tesoro que un chico puede recibir. Y Mati también, claro. Sabrás bien que ahora vive en Barcelona, justo la ciudad del equipo admirabas a pesar de haber nacido en Oviedo, y que por eso cuando llegaste a La Plata con apenas 14 años y te llevaron a ver a Gimnasia, te bastaron segundos para enamorarte del equipo visitante, que con sus colores parecía hacerte un guiño, un gesto tierno, en medio de tanto barco y laburo pesado que tuvo tu niñez de inmigrante.
La leyenda continúa abuelo. Y es hoy.
Es hoy que mis hijas, chiquitas todavía, me preguntan por el Ciclón intuyendo el significado profundo que encierran esas letras, entendiendo que compartimos  un lenguaje que está mas allá de las palabras.

Vení abuelo, apretujate un poco mas. Mirá lo que es esta hinchada milagrosa, mirá la tensión y el sueño de gloria que nos envuelve a todos en este mar azul y rojo que quiere desbordar.
Porque ahí viene ella abuelo, ahí la traen. En una última provocación, la van a poner en una mesita, para que nos mire, para que nos enloquezca con su fulgor plateado. Yo creo que si hiciéramos silencio ( cosa imposible), la oiríamos cantar su chamuyo de sirena.
Pero está dicho abuelo, de silencios no sabemos nada, y de repente el estadio abre sus fauces como la bestia salvaje que es cuando lo habitamos todos (los vivos y los muertos),  y entonces enardecidamente , brama, grita, ahúya, clama, exclama, exige:

Es hoy
miranos mirarte y entendelo bien, Plateada
somos niños mendigos ancianos, mirándote
somos señores señoras jefes laburantes, deseándote
somos el barrio la risa el llanto,  buscándote
somos el hambre el despecho el olvido, gritándote
para que te dignes, para que te quedes en casa
de una puta vez

Y si abuelo, yo también tengo los pelos de punta, el escalofrío que sube y baja por la espalda, la garganta preparada para la batalla que está por comenzar. Porque ahora si se viene el equipo a la cancha y ni todas las palabras, ni esta charla entre susurros que estamos teniendo en plena multitud,  ya nada de esto podrá ayudarnos porque la espera terminó.
Andá tranquilo abuelo. Se que lo vas a ver mejor desde arriba. Y no tengas dudas en pedirle una mano a tus vecinos de nube, si ves que se complica.

La cancha explota con la salida de los jugadores y veo que querés decirme algo mas, pero ya  no te escucho nada.
Entre la cortina de humo y lágrimas llego a ver tus ojos bonachones, tu sonrisa pícara, tu bigote canoso. Y como oírte es imposible,  te leo los labios que siguen moviéndose con la parsimonia de siempre. Y entonces si, lo comprendo todo.
Es hoy.

                                                                                                                   13-08-2014     14hs.
   
título: Re:Alguno escribe?
Publicado por: Ivan42 en septiembre 20, 2019, 17:40:44
Me gustaria escribir, dejo el comment y despues leo bien el tema